El origen del proyecto es una experiencia de voluntariado de Aitor Álvarez, fundador y CEO de la empresa, en el Alto Trujillo, una de las zonas más pobres de Perú. Allí, la gente recorre 7 km diarios para conseguir agua potable. La paradoja es que, en ese mismo camino, pasan junto a inmensas plantaciones de algodón que abastecen a la industria de la moda, la segunda más contaminante del planeta.
Para fabricar unas zapatillas convencionales se necesitan 8.000 litros de agua limpia, la cantidad necesaria para que una persona viva 11 años. Si se utilizan materiales reciclados esa cifra se reduce en un 90%. A ello hay que añadir que los residuos son la materia prima más abundante del planeta y que darles una nueva vida evita que terminen en los vertederos.
Basq fabrica en Europa con condiciones laborales justas y venden en un radio de 2.000 km. Eso les permite reducir en un 75% las emisiones de CO₂ derivadas del transporte y en un 90% el consumo de agua limpia.
Este compromiso con la sostenibilidad a todos los niveles -desde los materiales a la distribución, pasando por la igualdad laboral- les ha valido reconocimientos como el premio a la empresa más innovadora en economía circular de la Fundación Quality Innovation Award.
Basq, que cuenta con una tienda física en la calle Ercilla de Bilbao, participó el pasado 20 de noviembre en la 4ª edición del Bizkaia Foro de Inversión que organizan Beaz y Seed Capital Bizkaia "con el objetivo de buscar financiación para expandir y diversificar el negocio con una nueva línea de fabricación en México", afirma Aitor Alvarez.