Una ofrenda floral y la plantación de un algarrobo, como símbolo de la supervivencia frente a cualquier inclemencia, protagonizaron ayer el homenaje de varias decenas de familiares y amigos a Joxean Lasa y Joxi Zabala, que fueron secuestrados, torturados y asesinados por los GAL en 1983, justo cuando están a punto de cumplirse los 40 años de su desaparición, el 15 de octubre.
Tres hermanas de los fallecidos, María Rosario y Axun Lasa, y Pili Zabala, participaron en el acto impulsado por la Fundación Egiari Zor en una zona agreste del término de Busot (Alicante), a los pies de la fosa donde Lasa y Zabala fueron sepultados en cal viva.
La comitiva, formada por 35 personas, salió a las 4.30 de la madrugada desde Tolosa en cuatro furgonetas y llegó poco antes de las 14.00 horas a la Foia de Coves de Busot. Entonces recorrieron durante más de 30 minutos un pequeño sendero hasta llegar al emplazamiento exacto de la fosa de unos seis metros de profundidad donde los dos jóvenes fueron enterrados bajo 50 kilos de cal viva en 1983.
Acompañadas por el alcalde de Tolosa, localidad de origen de Lasa y Zabala, Andu Martinez de Rituerto, de EH Bildu, y por el miembro del Consejo Nacional de Sortu Haimar Altuna, entre otros, las tres hermanas plantaron el algarrobo y encabezaron la ofrenda floral con rosas blancas y rojas ante dos fotografías de las víctimas, varias ikurriñas y una gran estelada, la bandera independentista catalana.
Respecto a la posición del Estado en este caso, Pili Zabala explicó que las dos familias esperan “un sincero acercamiento reconociendo lo que ocurrió aquí” que debería incluir la declaración de que su hermano y Joxean Lasa son víctimas del terrorismo. Explicó que plantaron un algarrobo para “visibilizar un futuro en paz, con una Justicia justa, en convivencia democrática y con la defensa de los Derechos Humanos”.
Es la segunda vez que Pili Zabala acude a este “dramático” lugar desde que lo hiciera en 1995, justo cuando se supo que los cuerpos hallados diez años antes eran los de Lasa y Zabala. “Desde entonces, venir a Alicante no es grato”, admitió. Añadió que durante décadas evitó incluso pronunciar el nombre de Busot porque “se me congelaba el estómago y el corazón”.
Por su parte, Axun Zabala, que calificó este paraje de “inhóspito”, manifestó que el homenaje trataba de transmitir “energía en positivo”, mientras el alcalde de Tolosa defendió la “reparación integral de todas las víctimas” del terrorismo, incluidas las familias de Lasa y Zabala, “que no tienen esa condición reconocida oficialmente por parte del Estado español”.
Andu Martinez de Rituerto reclamó que lo ocurrido “con la crueldad más inhumana” a sus dos vecinos, Joxean Lasa y Joxi Zabala, entonces de 20 y 21 años, “no caiga en el olvido”. Haimar Altuna destacó que en los últimos doce años “la sociedad vasca ha avanzado hacia la paz y la convivencia” y defendió que la izquierda abertzale “ha dado pasos firmes y sinceros para intentar curar las heridas y reconocer el dolor de todas las víctimas”.
Identificación
El próximo domingo, día 15, se cumplirán 40 años del secuestro de Lasa y Zabala en Baiona. Tres meses después, un comunicado remitido a Radio Alicante anunció que ambos habían sido asesinados por los GAL, aunque entonces no se le otorgó credibilidad. Un cazador localizó dos cadáveres el 20 de enero de 1985 y los restos permanecieron en el cementerio de Alicante hasta que en 1995 se confirmaron sus identidades como las de los dos jóvenes.
La Audiencia Nacional condenó en abril de 2000 a 71 años de prisión al exgobernador civil de Gipuzkoa Julen Elgorriaga; a 69 años al general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo e impuso la misma condena al teniente coronel Ángel Vaquero. También fueron sentenciados a 67 años y 8 meses de prisión los guardias civiles del cuartel de Intxaurrondo Enrique Dorado y Felipe Bayo, autores materiales del crimen de Lasa y Zabala.