El pasado agosto, la Agrupación Musical San Roque de Laudio, despedía a quien durante los últimos 31 años la ha dirigido con su batuta, Pedro Ignacio Adrián González, y el pasado enero fue la puesta de largo al frente de la formación de Sandra Veiga que, con tan solo 27 años y recién terminada su carrera como directora de orquesta, ha retornado desde Valencia para hacer frente a este cargo “feliz e ilusionada”. De hecho, considera “un lujo” dirigir la banda en la que, como intérprete, hace unos años ocupó uno de los puestos de clarinete. Un instrumento que, a día de hoy, tiene un poco apartado, aunque sí sigue ejerciendo de txistulari en su localidad natal, la vecina Orduña.
¿Cómo y cuándo recibió la llamada de la Agrupación?
Creo que fue a finales del año pasado, a poco de regresar de Valencia, donde he pasado los últimos cuatro años estudiando dirección de orquesta, cuando me llamaron ofreciéndome el puesto de directora con incorporación en enero de 2023. Para mí fue toda una sorpresa, porque no sabía que Pedro lo iba a dejar, pero a la vez me produjo una ilusión enorme, que me inundó de ganas frente al reto y lo acepté. Hay que tener en cuenta que es una suerte, nada más terminar la carrera, encontrar trabajo de lo que has estudiado.
Su debut fue el pasado 29 de enero. ¿Contenta del resultado?
La verdad es que sí. Era un repertorio exigente y la banda respondió muy bien, pese al poco tiempo para prepararlo, ya que solo son cuatro ensayos grupales, previos a cada concierto mensual, que se llevan a cabo los sábados a la mañana en el local de Zubiko Etxea de la calle Maestro Elorza, donde antes estaba el Museo Vasco de Gastronomía. La dinámica de trabajo de la Agrupación Musical San Roque es esa y quiero seguir así.
¿Cómo la ha recibido el público?
Creo que al público también le gustó mucho, porque recibí muchas felicitaciones, e incluso me pidieron posar en alguna que otra foto con personas que se acercaron a saludarme tras la actuación. Quizá sorprendió que para el tradicional concierto de Año Nuevo eligiese un recital de compositores vascos, pero es que soy txistulari desde los 8 años, he estado mucho tiempo fuera y echaba de menos la cultura de aquí y, lo reconozco, se trata de compositores y obras que conozco muy bien por el txistu. Las 10 melodías vascas de Jesús Guridi, y las obras originales para banda Euskal Herria de José Franco, y Estampas vascas de Rodrigo Santiago.
Bueno, echar mano del conocimiento propio no es malo. Da seguridad y más en un debut…
Tampoco es que estuviera nerviosa, porque siento que ese es mi sitio. No sé explicarlo para que no se me malinterprete. Desde muy pequeña me quedaba ensimismada viendo actuar a la banda de mi ciudad, Orduña, que está llena de músicos, aunque en mi familia soy la única, y me imaginaba ahí, con ellos, tocando o dirigiéndoles con la batuta. Empecé con la música de muy joven, y he pasado por bandas, orquestas y agrupaciones …. pero es como si siempre notara que necesitaba aprender un poco más. Otra cosa importante para mi es trabajar y crear música en equipo, me gusta. Supongo que, por eso, dirigir era el siguiente paso a dar en mi evolución y me tuve que ir para prepararme. En concreto, al Conservatorio Superior de Música Joaquín Rodrigo de Valencia. Pero ya he regresado.
…y a casa, como quien dice.
Pues sí, porque estudié clarinete en Bilbao y lo toqué en la Banda San Roque de Laudio unos años. Por eso, muchos de sus integrantes ya me conocían de aquella etapa y me han recibido muy bien. Al final, me han visto crecer, y yo ilusionada con ellos. Terminar dirigiendo a quien ha sido tu compañero es eso, ilusionante. Y ¡cuidado! porque la de Laudio no es una banda cualquiera, y eso impone respeto y mucha responsabilidad para, como mínimo, mantener el trabajo de más de tres décadas de mi predecesor y, por supuesto, intentar que siga evolucionando porque hay nivel de sobra para hacerlo.
Explique eso.
Hay gente muy buena. Entre sus, en torno a 40 integrantes, hay profesionales y estudiantes que están destacando dentro de su instrumento y nivel, como demuestra que sean miembros de orquestas como Euskal Herriko Ikasleen Orkestra o Euskal Herriko Gazte Orkestra, donde no es sencillo que te convoquen. Creo que Laudio no es consciente del nivel de su banda.
Y ahora además con una mujer joven al frente, no es muy habitual...
Creo que esa pregunta está mal formulada, porque de manera implícita da por hecho que hay pocas mujeres directoras. Por poner algún ejemplo, el pasado domingo hubo una mujer de directora invitada a dirigir la banda municipal de Bilbao; el próximo marzo, también habrá una mujer invitada a dirigir la banda municipal de Vitoria-Gasteiz; y hace un mes se organizó un curso-concurso de dirección y la persona invitada era otra mujer. Sin irnos muy lejos, las profesoras de banda y orquesta de los conservatorios de Bilbao, Barakaldo y Leioa son mujeres. Además, las tres personas que más han influido en mi carrera también lo son: mi profesora de orquesta de conservatorio, Maite Aurrekoetxea; mi profesora de dirección de coro en la carrera, Nadia Stoyanova, y una tercera profesora de dirección de orquesta que tuve, Elisa Gómez Pérez. En un momento te he nombrado media docena de mujeres directoras, ¿te parecen pocas?
¿Es entonces un problema de visibilidad?
Desde luego, es un problema de dónde se pone el foco. Sí que hay mujeres que dirigen, pero parece que no se quiere ver. Lo mismo pasa en otras profesiones en las que se supone que las mujeres no existen (compositoras, médicas, juezas, bomberas...). Somos la mitad de la población y, guste o no, estamos en todas partes. Espero el momento en que deje de ser noticia que una mujer dirija una banda, y que lo destacable esté en el nombre de la mujer que lo hace.
Antes ha comentado que quiere continuar con la dinámica de un concierto mensual que tenía Pedro Ignacio Adrián, y llega carnavales.
Así es, será el último domingo de febrero, en la semana del Martes de Carnaval, y el repertorio que estamos preparando será de bandas sonoras de películas. Más adelante, ya se irá viendo, tengo muchas ideas y todas enfocadas a demostrar que las bandas son tan importantes como las orquestas a la hora de hacer música de calidad, y que se merecen el mismo respeto.
¿Puede adelantar algo?
Quiero, sobre todo, preparar repertorios de calidad a partir de partituras escritas para bandas, y reivindicarlas de algún modo, pero hasta que no tenga todo bien enmarcado prefiero no decir. Algo que sí tengo muy claro que quiero hacer, dentro de nuestra programación mensual, es un concierto didáctico, no solo enfocado a infancia o escolares, sino a toda la población. Creo que es muy importante que la sociedad, en general, tenga unas nociones básicas de música, y cuanto antes se empiece y se estudie más música mejor. Además, creo que va a ser una manera bonita de acercarnos más al público, que conozca la banda, a cada uno de sus integrantes y sus instrumentos.
Mucho trabajo…
Bueno a eso he venido, ¿no?. Esa es la labor de toda persona al frente de un equipo, en este caso, de músicos. Muchas horas de estudio de partituras en soledad y, como decía, pocas de ensayo con todos los integrantes antes de volver al escenario. Pero luego el resultado parece magia.