Laura Bozzo confiesa anécdotas de su vida que no salieron en ‘GH VIP 8’

Laura Bozzo ha sido una de las principales protagonistas ‘GH VIP 8’. La peruana, una de las grandes favoritas para la audiencia, se quedó a las puertas de la final. Hace días, en el programa ‘¡De viernes!’ de Telecinco, ​la presentadora asistió al plató para explicar cuáles son sus proyectos en Latinoamérica para este 2024, así como para realizar un balance de su concurso y hablar de los momentos más difíciles de su vida.

Laura Bozzo nació en el seno de una familia de inmigrantes italianos en 1951. Su infancia estuvo marcada por el bullying que sufrió en su etapa escolar: “No tenía amigas, se burlaban de mí… Que si era fea, que si mis piernas eran muy largas...”, reveló en la sección ‘La curva de la vida’, de ‘GH VIP 8’. En plena adolescencia, vivió el golpe de Estado en Perú, y acompañada de su hermana y dos amigas, decidieron “ir a atacar el yate presidencial”, saliendo en la prensa local. Más tarde, conoció al que sería su marido y con el que tendría dos hijas. Aun así, tuvo muchos problemas en el parto de su primer embarazo: “El médico me cortó el intestino al hacerme la cesárea y estuve en coma”.

Tras superar más problemas de salud, la peruana tuvo la oportunidad de trabajar en la pequeña pantalla. Con motivo de su fuerte carácter, comenzó con un talk show, conocido como 'Laura en América'. “La ayuda social fue extraordinaria, hemos hecho tanta ayuda… Yo estuve en Perú, me llevaron a los comedores que yo fundé y no podía parar de llorar...”, explicó. Cuando ya era una figura televisiva en Latinoamérica, conoció a su segundo marido, Cristian Zuárez: “Era 24 años menor que yo y me tuve que enfrentar al mundo”. Sin embargo, su amor finalizó de la peor manera, pues este le fue infiel. Laura Bozzo no sabía nada al respecto, hasta que se enteró a gracias a la prensa: “Me dijeron que habían salido unas fotos de la mano con su nueva pareja. Me volví loca”.

Más tarde, ya en el año 2013, tuvo que soportar un duro mazazo: la muerte de su madre. “Fue muy duro, me llamó, estaba grabando y no le contesté, siempre se ha quedado en mi memoria. Me dejó un mensaje: ‘Laura quiero verte’. Pero le fallé”. Un tiempo después, Laura sintió “una bolita en un pecho”. Le diagnosticaron cáncer de mama: “Madre mía, probablemente, si no hubiera hecho ese gesto no estaría acá”, admitió.

​Una gran oportunidad