“Si un país tan violento como el mío pudo negociar y sigue negociando en un proceso de reconciliación, de reencuentro entre enemigos pertinaces, tengo toda la confianza en que en esta guerra en Ucrania se podrá llegar a un acuerdo”. Así de convencida se mostró la escritora, activista y periodista colombiana Laura Restrepo, que participó el martes 18 de octubre en un encuentro con el también periodista, analista y experto en humanitarismo neoyorquino David Rieff. Este, en cambio, acaba de regresar de Ucrania, adonde volverá para permanecer allí hasta finales de año, y no cree que ahora “exista voluntad o posibilidad de una negociación”. Es más, “no creo en la visión de que los ucranianos son tan víctimas de la OTAN como de Rusia; ellos desde luego no piensan así. Lo que realmente pasa es que son víctimas de una guerra genocida deRusia”.
Laura Restrepo y David Rieff protagonizaron el último de los diálogos de los Encuentros 72-22, que durante 13 días han acercado hasta Pamplona a pensadoras/es, autoras/es y artistas de todas las disciplinas en un intento por detener el tiempo, siquiera por unos días, para reflexionar sobre el mundo en que vivimos, sus retos, su presente y su futuro.
13 días de actividad
A lo largo de estas dos semanas, Baluarte junto a otras nueve sedes de toda la ciudad –Teatro Gayarre, Museo Universidad de Navarra, civivox Condestable, Civican, Filmoteca de Navarra, Biblioteca de Navarra, Ciudadela, Frontón Labrit y Katakrak– han acogido 27 diálogos, mesas redondas y conferencias, cinco talleres de creación y 35 acciones artísticas como conciertos de música contemporánea, danza, actuaciones escénicas, musicales, proyecciones cinematográficas y exposiciones. En total, han sido más de 70 actividades en torno a diez temas de actualidad como La deriva de Europa, Pensar el siglo XXI, Variaciones desde el género, El cine cuando es cine o Contra los discursos de odio.
El broche lo puso el martes 18 el concierto de clausura de la Coral de Cámara de Pamplona, dirigida por David Gálvez, con obras de compositores contemporáneos como Ligeti, Kurtág y Cage. Solo unas horas antes daba comienzo el diálogo entre Restrepo y Rieff, precedido de unas palabras de la consejera de Cultura y Deporte del Gobierno foral, promotor del evento.
Redes sociales y odio
Tras la intervención de la consejera dio comienzo el encuentro entre Restrepo y Rieff en torno a los discursos del odio que se difunden a través de las redes sociales y de otras herramientas a veces menos evidentes. Ambos coincidieron en señalar que los más peligrosos “son los que vienen de los Estados”, ya que, a juicio de la escritora colombiana, responsable de libros como Leopardo al sol, La novia oscura, Delirio o, el más reciente, Canciones de antiguos amantes, “empujan a naciones enteras en una dirección o en otra”. “El poder tiene sus propios discursos de odio, más sutiles, más disfrazados y, muchas veces, las redes sociales se comportan frente a ellos como rebaños de ovejas”, apuntó.
Junto a esto, sucede que vivimos en un entorno informativo en el que resulta complicado saber qué es real y qué es ficción. En este contexto, Restrepo se ha preguntado cómo debe moverse el periodismo, “cómo se puede hablar de objetividad” si, como sucede ahora en Ucrania, “estamos en circunstancias de vida y muerte”. En su caso, “como periodista, como comisionada de paz que fui, como militante de organizaciones de izquierda y como escritora yo creo en una subjetividad honesta”. Y lo explicó: “Creo en un testimonio dado con el alma, con la cabeza, apasionadamente, pero honestamente. Desde tu punto de vista, pero dejando claro que es tu punto de vista, para apartar de nosotros la amenaza de una muerte colectiva”.
David Rieff compartió esa idea de la subjetividad honesta. “No hay que mentir, ahí reside la objetividad, pero a partir de ese punto, todos tenemos nuestras opiniones, nuestras visiones, nuestros amores y odios...” En términos de periodismo, “esa es la solución”, el camino, ha defendido Rieff, que también estuvo de acuerdo con la escritora en el peligroso papel de gobiernos como el de Rusia, Irán o Estados Unidos –“la Administración Trump tenía un sistema organizado para ello”– en la difusión de los discursos de odio.
Buenas noticias desde la selva
Restrepo y Rieff abordaron también la cuestión de la guerra de Ucrania. La autora colombiana sacó el tema haciendo referencia a una declaraciones recientes del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, “en las que dijo que Europa es un jardín que hay que proteger de la selva que hay fuera”. “Y yo le diría que traigo noticias de la selva, en mi caso con más razón porque el 40% de mi país es la selva amazónica”, contestó la periodista, que agregó: “Comentarle al señor Borrell que afuera de Europa hay cosas que merecen ser defendidas, como el pulmón de la humanidad, por ejemplo, y que es bien conveniente que una guerra que está adoptando condiciones desmedidas no acabe con tesoros como este”.
Restrepo también dijo ser portadora de “buenas noticias desde la selva, desde Colombia, que fue y sigue siendo el país más violento de la tierra”. Ella fue una de las nueve comisionadas que hace 40 años participó en el inicio del proceso de paz entre guerrilla y gobierno. “Emprendimos una fervorosa lucha por la entrega de armas. Costó muchos muertos. Los enemigos de la paz, que son muchos, desde sectores militares hasta clases altas, asesinaron a todos los comandantes que iban entregando las armas”, afirmó. Sin embargo, el proceso continuó, con muchos vaivenes y altibajos, y, “finalmente, con la guerrilla desarmada se logró convocar una Asamblea Constituyente que reunió a todo el país, a enemigos atávicos, campesinos, terratenientes, negros, indios, mujeres...”, que desembocó en la Constitución de 1991, aunque el proceso de paz aun tenía un largo recorrido por delante.
Así las cosas, “hoy, tras 40 años de pertinaz empeño por la paz, el presidente colombiano es una exguerrillero constitucional”, prosiguió Restrepo, que comparó este largo y difícil camino con lo que sucede ahora en Ucrania. “Ahora estamos viviendo un momento muy peligroso con una amenaza nuclear que pone en riesgo la supervivencia misma de la especie, pero estoy convencida de que si en un país tan violento como el mío pudo negociar y sigue negociando en un proceso de reconciliación, en esta guerra se podrá llegar a un acuerdo”. Y es que, en su opinión, “en una guerra no hay ganadores ni perdedores, solo se gana en la paz”.
David Rieff discrepó con la escritora colombiana en que ahora mismo exista una posibilidad para la negociación. “Evidentemente, todas las guerras terminan, ya sea con un acuerdo de paz o con una tregua permanente como en Corea, pero hoy no veo voluntad para acordar nada”, lamentó. Y disintió con aquellos que califican a los ucranianos de víctimas de la OTAN y de Rusia. “Ellos no lo ven así, esta es una guerra genocida de Rusia”, subrayó Rieff, que ha sido corresponsal en los Balcanes, Ruanda, Irak, Afganistán o Palestina y es autor de libros como The Exile: Cuba in the Heart of Miami (1993), Slaughterhouse: Bosnia and the Failure of the West (1995) y A Bed for the Night: Humanitarianism in Crisis (2003), Contra la memoria (2012) o El oprobio del hambre (2016).