El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, acusó este miércoles a Estados Unidos de "mostrar su impunidad" con la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán, que ha desencadenado un episodio de tensiones con China.
"Es su deseo probar que son impunes para hacer lo que quieran. No veo otra razón detrás de provocar este incendio de la nada cuando ellos entienden muy bien lo que esto significa para China", apuntó el jefe de la diplomacia de Moscú desde Birmania, donde se encuentra hoy de visita oficial.
Lavrov coincidirá con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en Camboya, donde se celebra la reunión de cancilleres de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y sus principales socios.
Los representantes de Moscú y Washington compartirán sesión el viernes en el Foro de Asia Oriental, donde también participan los ministros de Exteriores de China, Japón y Australia, entre otros, además del bloque regional del Sudeste Asiático.
Pelosi, tercera autoridad de EE.UU. y segunda en la línea de sucesión a la Casa Blanca, llegó anoche a Taiwán donde esta mañana visitó el Parlamento y posteriormente se reunió con la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen, quien le impuso una condecoración por su "apoyo" al territorio -calificado por Pekín como provincia rebelde-.
El viaje de la política norteamericana ha creado una escalada de tensiones con la movilización de tropas por parte de Pekín en el territorio más cercano a la isla autogobernada.
Taiwán, con quien EE.UU. no mantiene relaciones oficiales, es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y EE.UU., debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de la isla y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con el gigante asiático.
China insiste en "reunificar" la República Popular con la isla, que se gobierna de manera autónoma desde que los nacionalistas del Kuomintang (KMT) se replegaran allí en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas y continuaran con el régimen de la República de China, lo que culminó con la transición a la democracia en la década de 1990.
Pero desde entonces han tomado fuerza las voces que reclaman declarar la independencia de Taiwán como Estado soberano.