El lazkaotarra Ioritz Barandiaran ha realizado un voluntariado para cuidar de tortugas en peligro de extinción
"Estamos acostumbrados a realizar voluntariados para ayudar a personas, pero los animales también nos necesitan", comenta el joven lazkaotarra Ioritz Barandiaran. Y es que hace apenas un mes que volvió de Costa Rica tras ayudar a cientos de tortugas en peligro de extinción, en concreto de tortugas Lora. Una especie de tortuga marina americana de hasta 90 centímetros de largo y 45 kilogramos de peso.
"La tortuga Lora es la tortuga marina más amenazada del planeta. Es tanta la gravedad de la situación que la Unión Mundial para la Naturaleza la clasifica en peligro crítico de extinción", cuenta Barandiaran. "Lo que significa que podría extinguirse en un corto periodo de tiempo".
La situación tan complicada de estas tortugas causó tristeza y preocupación en el joven lazkaotarra, por lo que decidió ponerse manos a la obra e intentar ayudar en la medida de lo posible. Para ello, viajó a Costa Rica del 30 de julio al 29 de agosto y gracias a un programa de ayudas al voluntariado del Ayuntamiento de Lazkao.
Una dura experiencia
Ioritz Barandiaran define la vivencia como "dura y complicada". Las primeras dificultades comenzaban nada más empezar el día. "Vivíamos en una playa desierta, donde otras dos personas voluntarias y yo éramos las únicas presentes allí", explica. "En el campamento donde vivíamos no teníamos ni agua ni electricidad. Caminábamos una hora para poder conseguir agua potable".
En cuanto al cuidado de las tortugas, realizaban patrullas durante el día y la noche. "Ver cómo llegan las tortugas a la playa para desovar es todo un espectáculo", revela.
Por lo que Barandiaran cuenta, en primer lugar, la tortuga Lora busca cuál es el mejor sitio para hacer el nido. Posteriormente, comienzan a escarbar en la arena hasta los 45 centímetros de profundidad. Una vez hecho, ponen los huevos. Después "comienza el baile": "La tortuga adulta tapa el nido con sus aletas traseras y da comienzo a una especie de danza para compactar y proteger los huevos", relata.
Ioritz Barandiaran y sus compañeros ayudaban a los huevos a que el proceso de evolución fuera perfecto. Asimismo, una vez las tortugas salieran del caparazón, las cuidaban hasta que fuera necesario.
El incremento del peligro
"La tortuga Lora se encuentra en peligro de extinción debido a la gran cantidad de amenazas y depredadores a los que tienen que hacer frente", detalla el lazkaotarra. El ser humano es el factor más dañino para estos animales. Existen personas que hacen negocio con los huevos de estas tortugas, acción que en Costa Rica está penada con cárcel. A su vez, la contaminación y la gran cantidad de basura en el mar están destruyendo a la tortuga Lora.