A Sean McMillan, un popular tiktoker irlandés de 31 años que cuenta con miles de seguidores en las redes sociales, le ha salido el tiro por la culata en la reclamación que hizo a la compañía de autobuses de Dublín, ya que finalmente será él quien deberá pagar una importante cantidad a esa empresa al perder el juicio.
Supuesto accidente en un autobús
Según explica Efe, McMillan reclamaba daños por un accidente que sufrió en el año 2016. El joven sostuvo en el juicio que se cayó del asiento en el que viajaba cuando el autobús frenó ante la maniobra de un conductor de una furgoneta comercial y de otra automovilista, aunque las imágenes que captó la cámara interior del bus demostraron que ningún pasajero más se vio afectado por la citada parada en seco.
El irlandés recibió hasta 35.000 euros por discapacidad de la Seguridad Social de su país desde la fecha del accidente en 2016 hasta el comienzo del juicio contra Dublin Bus en 2023.
Un juez lo condena
Un juez del tribunal de lo civil de la capital irlandesa ya desestimó hace dos años su demanda de 60.000 euros por daños y perjuicios, y le ha condenado ahora a asumir la factura legal de la empresa de transporte público, que deberá abonar a razón de 50 euros semanales durante los próximos 20 años, lo que supondrá un montante total de 44.000 euros.
Condenado por bailar
Y ha sido el propio McMillan el que ha generado las principales pruebas en su contra, que han servido para determinar que engañó a la Seguridad Social y que denunció irregularmente. Lo ha hecho al continuar realizando bailes y demás movimientos en sus cuentas de Tik Tok y YouTube que evidenciaban que no existía discapacidad alguna fruto del supuesto accidente.
"He visto suficiente", declaró en 2023 el magistrado tras ver en la sala numerosos vídeos de McMillan bailando, haciendo sentadillas o dando volteretas.
Su médico pasa de él
El joven deberá asumir también los costes legales de otros dos demandados a los que implicó en el incidente, aunque esas cantidades no han trascendido. Sus defensas recordaron que el denunciante defraudó a la seguridad social al reclamar una prestación por discapacidad cuando "la evidencia de sus propios clips de baile" lo contradecían.
Además subrayaron que no sólo mintió a los médicos de los demandados, sino incluso al suyo propio, quien ni siquiera llegó a tratarlo por sus supuestas lesiones en la espalda y lo tachó de "oportunista".