Le hacen esta auténtica chapuza en el baño y le preguntan si le gusta

Enfrentarse a obras en casa es algo que desquicia a muchos de quienes las sufren (y también a sus vecinos por los ruidos, la suciedad generada en las zonas comunes y las incomodidades), pero a veces hay que hacerlas imperativamente por filtraciones de agua, fugas, cuestiones de seguridad, etcétera.

Obra en un baño

Un escritor bastante popular en la red social X, Flanagan McPhee, se ha visto obligado a realizar una obra en su baño debido a que la comunidad de vecinos tiene que cambiar la bajante general de microcemento por cuestiones de seguridad y pasaba por su aseo. Es decir, había que hacerla sí o sí y para ello le han retirado todos los azulejos que había en una de las paredes del baño y se los han vuelto a colocar… con un resultado bastante lamentable.

“Que me pregunta el albañil que si es que no me gusta cómo han hecho la pared o qué. Que si no me gusta, la cambian”, ha escrito en un post mostrando unas fotos con el resultado de la obra. Y lo que muestran es un desastre: los azulejos con una alineación preocupante, unas juntas que parece que tienen 30 años, una pared que no ha quedado plana… “Os prometo que me lo ha preguntado. Estoy alucinando”, añade después en otro post ante la incredulidad de los tuiteros.

Arrasa en X

Esa incredulidad se muestra en los más de 1.000 comentarios que ha recibido ya el post, que acumula más de 2 millones de visualizaciones y más de 1.000 comentarios y que su autor va actualizando con las novedades de la obra. Porque la historia no quedó ahí. Obviamente le contestó al albañil que no le gustaba el resultado y contactó con la empresa. Y lo que pasó es que volvieron a tirar los azulejos para comenzar la pared de nuevo.

Tercer intento

Siendo muy generoso se podía apreciar un mínimo de mejoría en ese segundo intento, pero ni mucho menos suficiente para que la pared del baño no pareciera propia de una casa semiabandonada de esas que se anuncian avisando de que “necesita una reforma integral”. Así que todo ha desembocado en que se ha vuelto a desmontar la pared. “Pues nada, se ve que no hay dos sin tres”, escribe resignado el escritor este jueves.

Habrá que esperar a ver si a la tercera va la vencida, si no hay quinto malo o si la comunidad acaba contratando a otra empresa para finalizar la obra, porque no parece que los albañiles, que aparecen en la última foto, vayan a aprender de repente a colocar bien los azulejos.