Leopoldo Martínez Nucete: “El lenguaje propio de la antipolítica de Trump puede ser muy atractivo en tiempos de crisis”

Tras ser miembro de la Asamblea Nacional en Venezuela se vio obligado a emigrar a EE.UU., donde fue el primer venezolano en formar parte del Comité Nacional Demócrata. Martínez se erige en analista privilegiado del panorama internacional y el domingo recibe uno de los Premios Sabino Arana.

¿Es la segunda presidencia de Donald Trump en EE.UU. el síntoma definitivo de un cambio a nivel global más profundo? 

-Su triunfo se explica por circunstancias que son propias de la realidad estadounidense pero también de otras partes del planeta. El fenómeno migratorio ha generado reacciones que van desde la xenofobia hasta la preocupación fiscal, con lo que pierden de vista su enorme contribución económica y social a las sociedades. Casos excepcionales de delitos suelen ser amplificados para aumentar los miedos que este tipo de fenómenos pueden producir.

¿Fue su victoria electoral un triunfo del populismo y de la sobreexposición a las redes sociales? 

-Las redes sociales, los medios digitales y lo accesible de la información y la opinión iban a tener supuestamente como consecuencia un mayor nivel de participación y educación ciudadana. Pero la desinformación y la manipulación también están galopando, es la dictadura de los algoritmos basada en hechos fabricados. Como esas opiniones se relacionan con sesgos muy íntimos les damos una credibilidad tremenda. Ello deriva en estrategias políticas diseñadas en Rusia o China para generar crisis en un determinado país con el fin de hacer emerger liderazgos de signo ultraconservador, reaccionario o demagógico, lo que explica el triunfo de Trump.

Hay intereses comerciales no ocultos sino situados en un primer plano, como la presencia de los magnates de Amazon, Meta o X en la toma de posesión de Trump.

-El senador Sanderson advierte del riesgo del surgimiento de una oligarquía en EE.UU. que bien puede desembocar en una cleptocracia donde gente con mucho poder económico toma decisiones que solo favorecen a sus intereses. En Venezuela tenemos una expresión que quizás tenga su paralelo en España: no puedes poner al zamuro a cuidar carne porque se la come.

No poner al lobo a cuidar de las ovejas. 

-Elon Musk es el principal contratista del gobierno de EE.UU. y Trump le ha colocado al frente del departamento de eficiencia gubernamental, por lo que hay un manifiesto conflicto de intereses que ocurre sin mayor alarma. Trump es presidente por segunda vez desde un partido tradicional pero no deja de proponer cosas y manejar un lenguaje propio de la antipolítica, lo que puede resultar muy atractivo en un tiempo en el que la política está en crisis. 

¿Quién se beneficia más en el ámbito internacional?

-Cuando ya en 2016 se determinó que hubo interferencia rusa en el resultado electoral que llevó a Trump por primera vez a la presidencia, y sabiendo que eso siguió ocurriendo también fuera de EE.UU., hay que preguntarse quién se beneficia de esto. Y uno llega a la conclusión de que autoritarismos como el de Putin en Rusia claramente quieren una Europa y EE.UU. en crisis, lo que facilita su visión expansionista. Es una crisis de la política y de la democracia a nivel global.

Usted tuvo que abandonar Venezuela a causa del chavismo. 

-Es una herida que llevo en el alma desde que tuvimos que irnos del país hace casi 20 años. En EE.UU. he jerarquizado mi acción política en promover el retorno de la democracia a Venezuela y entender las necesidades de la migración venezolana instalada en EE.UU., que ya supera el millón y que buena parte está expuesta a la deportación.

¿Y cómo ve la situación en el país, la posición internacional es clave?

-Tras el resultado electoral del año pasado, donde claramente ganó Edmundo González, se visualizó la voluntad muy mayoritaria del pueblo de iniciar pacíficamente una transición política que permita a Venezuela recuperar su potencionalidad económica y que los que quieran regresar puedan hacerlo. Para lograrlo hay que seguir trabajando con la presión internacional y la negociación. Ahí es muy importante la acción conjunta de EE.UU. y la UE, y que no se use de forma política sino lograr un amplísimo consenso. No es un problema de izquierdas o de derechas sino de democracia frente a autoritarismo.

Es fundador de la ONG Centro para la Democracia y el Desarrollo de las Américas. ¿En qué consiste? 

-La fundamos en 2005 paralelamente a nuestra salida de Venezuela y desde entonces hemos alcanzado un marco de cooperación con el liderazgo de Euskadi y el PNV a lo largo de los años en pro de la democracia y el desarrollo de la justicia allí donde esté en crisis o ya no exista como en Venezuela.