El estreno oficial de la temporada reserva un significado muy especial para Iker Muniain. Mañana en San Mamés, el capitán del Athletic jugará su partido 500, una marca extraordinaria, reflejo de una presencia constante desde que siendo un mocoso debutase en el verano de 2009. Número redondo que irá creciendo a lo largo de la que será su decimocuarta temporada en el equipo y que en principio le debe permitir convertirse en uno de los tres futbolistas más utilizados en la historia de la entidad. Si todo transcurre con normalidad, en los meses siguientes Muniain adelantará en el ranking a Markel Susaeta, Andoni Iraola y Joseba Etxeberria. Compartirá podio con Txetxu Rojo y José Ángel Iribar, quien con 614 actuaciones encabeza la distinguida relación.
Pudiera ocurrir incluso que superase a Rojo, que suma 541, para lo cual Muniain necesitaría intervenir prácticamente en cada cita a las órdenes de Ernesto Valverde. Un reto que no le es desconocido porque precisamente durante la campaña anterior, con Marcelino García Toral como responsable, participó en 41 partidos, en todos menos uno como titular. De hecho, tal registro le valió para sobresalir como el hombre que más minutos consumió sobre el campo de la plantilla, lo cual constituyó una novedad en su dilatada trayectoria.
Nadie cuestiona que la afición va a tener la oportunidad de celebrar el acontecimiento y dedicar una calurosa ovación a Muniain, quien en el mes de diciembre ingresará en la treintena. Sin embargo, persiste la duda de si ese momento se vivirá en los prolegómenos del choque con el Mallorca o será preciso aguardar a la segunda mitad. Sucede que existen fundados argumentos para barajar indistintamente ambas posibilidades. En fin, que no está claro en absoluto que el nombre de Muniain vaya a ser uno de los que aparezcan entre los once elegidos por Valverde para abrir el calendario de competición. Detalle que cabría catalogar como paradójico. Sobre el papel lo es que un futbolista que viene de gozar de un protagonismo estelar durante el último curso y se halla en la antesala de rubricarlo colocando en su estadística personal la cifra mágica de medio millar de partidos, de repente esté llamado a ocupar plaza en el banquillo.
La solución a la incógnita descansa en la mente del técnico, al resto de los mortales no le queda sino conformarse con especular. Sucede que las diversas probaturas realizadas en los citas de pretemporada han aportado suficiente información para eludir conclusiones rotundas. De un somero análisis del papel que ha desempeñado Muniain en los amistosos se desprende que su posición ha experimentado un retroceso, da la impresión de que ya no goza del rol de intocable que le adjudicó Marcelino. O, si se prefiere, hay compañeros que han ganado relevancia en la pizarra, por lo que la incertidumbre está servida.
En el arranque de la gira por Alemania, dio la impresión de que el estatus de Muniain no se resentía. De entrada jugó en la demarcación que a juicio de mucha gente es la idónea para él: centrado, lejos de las bandas, por detrás del delantero. Se apuntó entonces que arrancaba un nuevo ciclo para el capitán y el discurrir de los días refuerza la sensación, si bien no en sentido positivo para sus intereses. Ahora mismo, a escasas horas de la jornada inaugural de la liga, en absoluto conviene descartar la hipótesis de que Muniain no actúe de salida ante el conjunto del mexicano Aguirre. Ni siquiera se hablaría de sorpresa en el supuesto de que sea Oihan Sancet quien desempeñe la función de enlace desde el minuto uno.
Valverde ha explorado diferentes fórmulas con el objetivo de dotar al fútbol del Athletic de mayor dinamismo y profundidad. Entre las novedades más reseñables se halla la confección de un centro del campo con tres elementos, uno más enfocado a ejercer de cierre y dos con una proyección ofensiva evidente por perfil y ubicación, pero con la obligación de trabajar a fondo la presión. Y ha sido en ausencia del capitán cuando mejor ha fluido el juego. A Muniain le ha salido una potente competencia en la media punta. La figura del emergente Sancet, aún en proceso de asentamiento en la élite, sugiere una alternativa convincente y descubrir su techo se antoja una asignatura para esta temporada.
Por otra parte, no parece que Valverde contemple devolver al capitán al costado izquierdo, posición de la que ha partido infinidad de veces en su carrera. Quiere abrir mucho el campo y cuenta con piezas específicas para jugar por fuera. No es casual que haya desplazado a la derecha a Iñaki Williams en varios partidos. Así que puede que los criterios esbozados por el míster se plasmen en el primer duelo con fuego real de los rojiblancos e indirecta y parcialmente afecten a la fiesta de Muniain. Un leve retraso tampoco la desluciría dada la trascendencia del evento.