EL Amorebieta, antepenúltimo en la clasificación a cuatro puntos de los puestos de permanencia que marca el Mirandés al cierre de la primera vuelta de LaLiga SmartBank, volvió a sumar el domingo en su exigente visita a la Ponferradina de Jon Pérez Bolo. Un meritorio punto que bien pudieron ser tres rescataron de El Toralín los combativos pupilos de Iñigo Vélez de Mendizabal, invictos en las cuatro últimas jornadas de una maratoniana competición en la que los zornotzarras van a más a medida que se consumen las semanas. Lo mismo ocurre, en términos individuales, con futbolistas llamados a marcar las diferencias en una plantilla en la que el rendimiento al alza de jugadores como Gaizka Larrazabal (Bilbao, 17-XII-1997) y Gorka Guruzeta (Donostia, 12-IX-1996) comienza a dar sus frutos.
Ambos, sin más lejos, se han aliado en los dos últimos compromisos ligueros para fabricar los goles marcados ante la Unión Deportiva Las Palmas y la Ponferradina. Dos caramelos del bilbaino desde el costado derecho y dos testarazos al fondo de las redes del delantero donostiarra, autor de cuatro goles en las tres últimas jornadas al firmar también un doblete ganador en la visita al Málaga. A pesar de no haber visto portería en más ocasiones desde el arranque de un curso en el que ha logrado dejar atrás una larga sequía realizadora, Guruzeta suma ya una diana más de las que se adjudicó al término de la pasada temporada con el Sabadell, también en la categoría de plata.
En plena racha goleadora, el 24 del Amorebieta no solo ha recuperado el cartel de indiscutible a ojos de Vélez de Mendizabal, sino que ha formado una pequeña gran sociedad con Larrazabal, con quien comienza a entenderse a las mil maravillas. Las galopadas por la banda derecha del hijo del mítico exlateral del Athletic empiezan a ser una constante para gozo y disfrute de Guruzeta, con quien el carrilero bilbaino conecta cada vez con más asiduidad en la zona reservada para los goles. A las puertas del inicio de la segunda vuelta, Larrazabal, felizmente reconvertido a carrilero de ida y vuelta, acumula tres goles y cuatro asistencias. Con participación directa en siete de los veinticuatro tantos a favor del Amorebieta en liga, el bilbaino vuelve a volar en los terrenos de juego como hiciera en el ejercicio 2018-19 con el Bilbao Athletic.
sin fortuna
Nueve goles firmó entonces para dejar así su sello en la Segunda División B y promocionar al primer equipo en calidad de extremo. La falta de oportunidades, sin embargo, no le permitió mostrar un potencial que tampoco pudo exhibir el año pasado en su cesión al Zaragoza, donde los cambios en el banquillo debido a la irregular marcha del equipo aragonés le relegaron a un segundo plano que también padeció Guruzeta durante su breve etapa como león. La competencia directa con Aritz Aduriz y Raúl García, unida a una grave lesión de rodilla, cerraron las puertas de la titularidad en el Athletic al punta guipuzcoano, quien al igual que Larrazabal se destapó como goleador como cachorro con 18 zarpazos en el curso 2017-18.
Fue un año antes de la explosión de Larrazabal, quien debutó como león durante aquella campaña tras aterrizar en Lezama procedente del Zamudio y sin saber ninguno de los dos que, cuatro temporadas después, sus caminos volverían a cruzarse en el Amorebieta.
Sin excesiva fortuna en sus primeras experiencias tras abandonar el Athletic, ambos vuelven a sonreír ahora como azules en un equipo de autor en el que el compromiso y el trabajo en beneficio del colectivo son los primeros mandamientos a cumplir para optar a minutos de calidad. Tanto Larrazabal como Guruzeta los están teniendo y han elevado su nivel formando, a las puertas de 2022, una conexión al alza surgida en Lezama.
Larrazabal, reconvertido a carrilero, ha asistido a Guruzeta en los dos últimos goles del Amorebieta en liga
Ambos, titulares bajo las órdenes de Iñigo Vélez de Mendizabal, reivindican su fútbol en un equipo de autor