Hemos charlado con Santiago García Caraballo, veterinario y autor del libro "Cómo tener a un gato y no tirarlo por la ventana". Aunque el título de su libro tiene un tono humorístico, el contenido está basado en rigurosas investigaciones científicas que explican las particularidades de los gatos.
Gatos y perros: Dos mundos distintos
Uno de los puntos clave de la conversación ha sido la comparación entre perros y gatos en términos de comportamiento social. García Caraballo ha destacado que los perros descienden del lobo, un animal social y jerárquico que se adaptó bien a la dinámica humana. En cambio, los gatos tienen un origen distinto: provienen del Felis silvestris lybica, un felino solitario y territorial. Esta circunstancia explica las importantes diferencias a la hora de relacionarnos humanos con perros o gatos.
El proceso de domesticación felina
El veterinario también nos ha contado que la domesticación del gato fue un proceso paulatino. Los primeros gatos se acercaron a los asentamientos humanos atraídos por los roedores que infestaban las reservas de cereales. Los humanos, agradecidos por la ayuda en el control de plagas, toleraron la presencia felina y con el tiempo se estableció una relación simbólica que benefició a ambas partes.
Aunque se han encontrado evidencias de la convivencia entre humanos y gatos desde hace unos 6000 años en Egipto, un hallazgo arqueológico en Creta indica que estos animales ya estaban presentes junto a los humanos hace unos 9500 años, posiblemente introducidos por los primeros pobladores neolíticos.
El gato en la cultura egipcia
En el antiguo Egipto, los gatos adquirieron un estatus sagrado debido a su importancia en la protección de las reservas de alimentos. Se veneraban en ciudades dedicadas a diosas con forma de gato, y se han encontrado momias felinas que reflejan el alto valor que se les otorgaba en aquella sociedad.
Biología felina: Depredadores perfectos
El diseño biológico de los gatos los convierte en depredadores altamente especializados. Su visión nocturna es excepcional gracias al tapetum lucidum, una membrana que refleja la luz y mejora su capacidad visual en condiciones de poca luz. Aunque probablemente ven en blanco y negro, esta agudeza visual les permite moverse con precisión en la oscuridad.
Su oído también es una herramienta clave para la caza. Sus pabellones auriculares pueden girar para captar sonidos con gran precisión, una característica que les da ventaja al detectar presas. Aunque su olfato no es tan agudo como el de los perros, los gatos poseen el órgano de Jacobson u órgano vomeronasal, una estructura que les permite detectar feromonas y obtener información clave para su comunicación territorial y social.
Convivencia y respeto mutuo
los gatos establecen una relación de tipo igualitario con los humanos. Su comportamiento independiente y territorial requiere que sus cuidadores comprendan sus señales y respeten sus espacios.