Liga Asobal: El Bidasoa encuentra en Valladolid lo que necesitaba (32-37)

El Bidasoa Irun se quitó un peso de encima en Valladolid, al conseguir una victoria de mérito ante un conjunto que se jugaba mucho, superando inesperadas dificultades, dos descalificaciones. Los irundarras llegaron enteros al final del encuentro y supieron defender dos puntos muy valiosos que le acercan al objetivo de la liga, con varios aspirantes a plaza europea. Varios conjuntos están en un pañuelo.

En principio, el Bidasoa salió enchufado al partido. Dispuso en varias ocasiones de dos goles de ventaja (1-3, 3-5, 4-6, 7-9), pero el conjunto de David Pisonero reaccionaba con eficacia, tanto desde el tiro exterior de Borja Méndez y Tarsicio Freitas como desde el pivote, en donde Álvaro Martínez no desperdiciaba los pases. Los irundarras movían banquillo en cada acción, con dos cambios por ataque. El comienzo ofensivo de Pedro Pacheco fue eficaz, para luego terminar jugadas en muchas posiciones.

La jugada clave del encuentro, por lo que significaba, se produjo en el minuto 21. Lanzamiento desde los siete metros favorable al conjunto irundarra. El marcador señalaba una mínima ventaja (10-11) que Iñaki Cavero trató de aumentar con otro tanto, pero su tiro pegó en la cara del meta César Pérez. Conciliábulo arbitral y roja directa que le descalificaba para el resto del partido. La decisión le creaba un problema más a Jacobo Cuétara, ya que en la lista de convocados no figuraba otro extremo zurdo específico. En principio, Mikel Zabala se situó en esa posición, por la que pasaron también Dariel García y Rodrigo Salinas.

El equipo se vio afectado por la decisión y la circunstancia fue aprovechada por el Recoletas Valladolid. Los pucelanos consiguieron ventajas de dos goles, pero los irundarras se rehicieron y consiguieron igualar antes del descanso (16-16) un partido que era muy parejo y en el que ninguno de los dos conjuntos conseguía imponerse. En el segundo tiempo, el Bidasoa se pareció más al equipo eficaz y resolutivo. El técnico situó a Skryzniarz bajo palos, pero la clave estuvo en la mejora del juego ofensivo. Con calma, eligiendo la mejor opción y rematando con acierto, la brecha se fue haciendo mayor en la medida que el partido avanzaba hacia su final.

Del 21-20 se pasó al 28-32, momento en el que el entrenador local solicitó un tiempo muerto en busca de una reacción que no llegó. Decidió atacar con siete jugadores y variar los sistemas defensivos, con todas sus variantes (5-1, 4-2, 3-2-1, 3-3), pero el Bidasoa no estaba por la labor de perder lo que tanto le había costado y ofreció respuesta positiva a todos los problemas. Los irundarras no ganaban lejos de Artaleku desde el pasado noviembre y es normal que lo celebraran en la cancha al terminar el encuentro.