Hace dos años fueron el papel higiénico y la levadura, y este la leche y el aceite de girasol. El efecto llamada, o las compras nerviosas por el supuesto riesgo de desabastecimiento están vaciando una vez más las estanterías de los supermercados, que se han visto obligados a limitar la venta máxima por persona, una medida que ha sido avalada por el Gobierno español, que ha estipulado mediante decreto ley la posibilidad de limitar la compra de determinados productos en "circunstancias extraordinarias o de fuerza mayor".
Sin embargo, esta medida puede tener un efecto contraproducente, según asegura la psicóloga clínica Iratxe López, que destaca que "puede hacer que se genere una mayor alarma entre la población".
Y es que explica que los consumidores pueden pensar que "si están limitando la venta, entonces, es que va a haber un problema de desabastecimiento", lo que podría llevar a la población a pensar: "Mi miedo está justificado y, por lo tanto, tengo que hacerme con grandes cantidades de aceite de girasol", indica la terapeuta.
Encuesta: ¿Estás de acuerdo en limitar la compra de productos básicos?
Por ello, la psicóloga advierte : "Si lo que pretendemos es enviar un mensaje de calma a los consumidores, con este tipo de medidas se envía justo el mensaje contrario". Por otro lado, el hecho de que la venta esté limitada "hace que aumente el deseo de adquirir el producto". Y añade que el incremento en el precio también provoca que las personas quieran adquirirlo.
Pero, ¿a qué se debe la necesidad de hacer acopio de productos como el papel higiénico hace dos años, o ahora el aceite? López lo achaca a la creencia del desabastecimiento por un lado, y al neuromarketing. Y es que, "independientemente de cuál sea la realidad, el miedo a quedarse sin un producto que consideran básico les hace lanzarse a las estanterías. El miedo, en algunas ocasiones, es irracional y no responde a la realidad. Creo que esto es lo que está llevando a las personas a comprar aceite de girasol de forma compulsiva". Es decir, la parte racional "pasa a segundo plano" y el miedo "toma el mando", sostiene.
Neuromarketing
En segundo lugar, el neuromarketing también tiene una respuesta a esta compra excesiva de aceite de girasol, subraya López, que explica que es un impulso que viene de ver las imágenes de las estanterías vacías en los supermercados o in situ en el propio establecimiento, así como las de los carros de la compra con grandes cantidades, por ejemplo, de aceite de girasol. "Se activan nuestras neuronas espejo, lo que también provoca que compremos ese producto, en este caso, el aceite de girasol".
Y es que, como asegura la psicóloga, "por mucho que en las últimas semanas se ha intentado enviar mensajes de calma, hemos podido ver cómo estos no han funcionado".
Lo que Facua denunciaba hace unas semanas por vulnerar los derechos del consumidor ha sido avalado finalmente por Moncloa, que ha estipulado mediante decreto ley la posibilidad de limitar la compra de determinados productos en "circunstancias extraordinarias o de fuerza mayor".
Así, Facua denuncia "la irresponsabilidad" del Gobierno español, ya que, según defiende su secretario general, Rubén Sánchez, "si algo potencia el desabastecimiento y el acaparamiento de productos por parte de los consumidores es que un cartel les indique que no pueden comprar mas de X unidades". Eso "traslada la idea de que no va a haber existencias en breve, incluso que en otros productos podría ocurrir lo mismo", asegura Sánchez.
Decreto ley
Circunstancias de fuerza mayor
Límite de unidades por comprador. El decreto publicado el miércoles en el BOE reforma el artículo 9 de la Ley 7/1996 de Ordenación del Comercio Minorista y establece que "excepcionalmente, cuando existan circunstancias extraordinarias o de fuerza mayor que lo justifiquen, los establecimientos comerciales podrán suspender con carácter temporal la prohibición prevista en el apartado 2 de limitar la cantidad de artículos que puedan ser adquiridos por cada comprador". Según ese apartado, los comerciantes no pueden limitar la cantidad de artículos por comprador en ningún supuesto. Tampoco establecer precios más elevados o suprimir reducciones o incentivos para las compras que superen un determinado volumen.