Han venido con lo justo. Casi casi con lo puesto. Una maleta o una bolsa de deporte. Y ahora quieren borrar el olor a destrucción que ensucia sus chaquetas y pantalones. Y olvidar. O no recordar. Cuesta empezar a vivir en otro país. Y más aún con carencias evidentes. El convoy humanitario que ha sido alojado en el Hotel Ilunion de Bilbao lo sabe. Mujeres y niños pequeños y adolescentes que dejaron atrás su hogar para huir de la invasión rusa.
Pero quieren seguir mirando hacia el frente. Salir a la calle. Ver Bilbao. Respirar. Les hace falta un empujoncito más para hacerlo.
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Y por eso desde la Dirección de la cadena hotelera piden la ayuda a la sociedad vizcaina y bilbaina, por proximidad. Les hace falta ropa de mujer y niños. También productos de higiene personal, compresas, leche infantil, pañales€. Todo eso que nadie mete en la maleta cuando huye de la guerra.
Las donaciones pueden ser realizadas en el mismo hotel que desde el miércoles acoge a una veintena de personas refugiadas y que hoy espera la llegada de otras tantas.