Se acerca San Valentín, cita que convierte al 14 de febrero en la fecha más romántica del año, aunque haya sido también mercantilizada y se haya convertido en otra ocasión más para gastar. Una festividad (aunque el día sea laborable) que conmemora las buenas obras que realizó San Valentín de Roma, relacionadas con el amor y la afectividad.
Y uno de los símbolos del amor, y por tanto de San Valentín, es el beso, un acto cariñoso que tiene más beneficios para la salud de los que imaginamos, más allá de lo amoroso o placentero que pueda resultar el gesto en sí.
- En primer lugar, porque mejoran el estado de ánimo. Cierto es que generalmente un beso se da por gusto y que resulta agradable, pero es que además tiene su explicación científica: se liberan neurotransmisores (endorfinas y oxitocina) que proporcionan placer y se produce dopamina.
- Todo ello provoca a la par que se incremente el deseo sexual debido a la producción de testosterona, serotonina y vasopresina.
- También ayudan a reducir el estrés, algo tan habitual en nuestras frenéticas vidas. Lo hace rebajando los niveles de cortisol, conocida también como la hormona del estrés.
- Los besos con intercambio de saliva sirven para fortalecer el sistema inmune. En un beso de diez segundos de duración se intercambian entre 80 y 1.000 millones de bacterias (según diferentes estudios), la gran mayoría de ellas beneficiosas para nuestro organismo, porque ayudan a crear anticuerpos.
- Funcionan como analgésicos para reducir momentáneamente la sensación de dolor.
- Igualmente son buenos para la salud bucodental, porque la producción de saliva equilibra el PH de la boca e incrementa la cantidad de sales minerales, lo que ayuda a eliminar los ácidos que provocan la caries y la erosión del esmalte. Además, contribuyen a disminuir la sequedad bucal.
- Queman calorías, hasta 26 por minuto, ya que un beso apasionado puede poner a trabajar a una treintena de músculos faciales.
- Los besos provocan que se acelere el ritmo cardiaco y que disminuya la presión arterial. También ayudan a reducir el colesterol debido a los cambios que se producen a nivel hormonal y en los lípidos que transporta la sangre.
- Al incrementarse el flujo de sangre en la cara aumenta la producción de colágeno y elastina, proteínas que nutren la piel y le otorgan firmeza y elasticidad, con lo que revitalizan el cutis y retrasan la aparición de las arrugas.