Tirano, incapaz de soportar críticas, mal gestor, mentiroso y censor fueron solo algunas de las perlas que el Paloteado del Casco Antiguo de Tudela dedicó en la noche del sábado al alcalde de Tudela, Alejandro Toquero o Dios TodoToqueroso, como también lo llamaron. En su quinta edición, y ante una plaza Vieja repleta, el Paloteado de la capital ribera mostró el gran talento, humor y arte que atesoran sus organizadores y que, junto al del Barrio de Lourdes, hacen que esta tradición sea digna de mayor difusión por parte del Ayuntamiento, sin tener nada que enviar (si no fuera por su antigüedad) a citas similares como las del Carnaval de Cádiz.
La hábil pluma y el renombre de quienes realizan sus textos (escritores y poetisas) se demuestra en cada verso y en cada crítica al Ayuntamiento que ayer (este año si) soportó estoicamente los dardos lanzados desde el escenario.
Capítulo aparte merece la coreografía y los bailes de las paloteadoras que en este Paloteado son un personaje más e innovan, critican y conectan con el público tanto como el Rabadán (Jesús Villarroya Anguiano), Mayoral (Julio Ruiz Carcavilla), Cierzo (Santi Muela Caraset), Zipotero (David Jiménez Ayllón) o Bardena (Inma Benítez Sesma), desprendiendo alegría y energía a partes iguales. El público, en este Paloteado, también es un personaje más.
“Tu me quieres anular, yo puedo vivir contigo, lo segundo es Democracia y lo primero es fachismo; o gobernar solamente remirándose el ombligo, haciendo solo caso a sus clientes y amigos”. Ésta frase fue una de las más duras que lanzaron contra Toquero en una representación en la que recordaron algunos de los puntos negros de la gestión de su equipo de gobierno de Navarra Suma y especialmente en lo que tiene que ver con la cultura (no estuvo presente la concejala de Cultura Merche Añón “la Merche la de Cultura, me da que se mueve menos que el busto del moro Muza. Que lo que no es oficial o no le entra por el ojo, sin estudiarlo si quiera lo manda directo al pozo”).
No en vano, algunos de los autores del texto del Paloteado han sido censurados por el “Dios TodoToqueroso” en alguna de sus acciones. En este sentido el Zipotero, que cada poco hacía balance filosófico de las acciones de Toquero, recordó que “los tiranos siempre temen a quien lee, porque piensa. Es por eso que prefieren descuidar las bibliotecas, repetir sus letanias, memorizar catecismos, censurar a las poetas, no salirse de lo mismo”.
También a modo de balance de legislatura llamaron la atención sobre los “errores, cagadas y chanchulleos, despidos improcedentes y recortes de derechos”, que, a su juicio “le cuestan a esta ciudad euros a miles y a cientos, que pagamos entre todos sin que un centimico salga de su costado”.
Otra de las críticas, que pese a su gravedad pasó desapercibida, se centraba en su trato a los trabajadores de la Casa Consistorial para quienes “el ser funcionario para algunos es una cruz, porque si Usía no gusta de lo que alguien hace o dice le da un toque y si no cambia le hace la vida imposible. Cierto, y sé que hay algunos que hartos de tanto desgaste o les han dado la baja o han optado por jubilarse”.
Finalmente los personajes hicieron mucho hincapié en las acusaciones que Toquero lanzó hacia la izquierda cuando dañaron su coche en su garaje. “¿Dónde están las pruebas pues que sostengan su argumento? ¿Dónde la denuncia en firme? ¿Dónde el autor de los hechos?. Difamar sin prueba alguna utilizando los medios quien servilmente le sirve no son medios, son voceros. No es muy de recibo ir de víctima engañando y por sacar 4 votos vilipendiar al contrarios”.
Varios capítulos destacaron dentro de la representación. Por un lado el homenaje al mote, recuperando algunos insignes de decenas de tudelanos en una batalla como si fueran raperos entre Zipotero y Rabadán, digna de elogio y que a vuela pluma dejó algunos para el recuerdo: “Ratón, Pollo, Pollera, Pajarico, Pincha peces, Oso, Rana, Miguelo, Caraputa, Polvorica, Espinete, Jabonero, Sastre, Puchero, Pichurri, Mataburras, Paratrenes, Coscolín, Putica, Matahierros, Currusco, Mangas Verdes, Pesetón, Colorao, Tragapochas o Cagabilletes”, dentro de ellos rindieron un recuerdo especial a la Chacha y a la joven violinista tudelana Marta González, fallecidas este año.
La crítica hizo especial hincapié en la constante intención de Toquero de atribuirse logros cuyo origen y proyecto procede de la anterior corporación, algo que obtuvo numerosos aplausos. “Miles de euros ha tenido de las subvenciones que los otros obtuvieron, cuyas obras inaugura sin haber movido un dedo, pero ahora no entra ni una porque todas va perdiendo. Si fuera escritor diría que tiene de negro a Eneko (Larrarte) y al equipo de la izquierda sacando a pala proyectos”.
La aparición de un nuevo personaje, Doña Berenguela, sirvió para hacer un repaso al abandono al que tiene sometido el Ayuntamiento de Tudela a los yacimientos arqueológicos de la ciudad. Berenguela, reina de Inglaterra en el siglo XIInacida en Tudela y hermana de Sancho VII el Fuerte, preguntó por alguno de los hitos que había en la ciudad cuando ella vivía: “El castillo donde nací ya no existe”, decía la reina, “y si queda algo debajo no va a haber excavación porque el listo del alcalde se perdió la subvención”, contestaba el Zipotero, “Y llego a San Nicolás que fue capilla real y la encuentro toda en ruinas y a cal y canto el portal”, volvía a preguntar Berenguela, “y si queda algo debajo no va a haber excavación, que la cerró el alcalde sin ninguna explicación”, contestaba el Rabadán, “más bien fue una cojonada como de niño pequeño y en habiendo pasado un año seguimos como al comienzo”.
También surgieron las nuevas piscinas, la falta de aparcamientos, el estado de ruina de muchos edificios del Casco Antiguo, la recuperación de la Korrika, o la retirada de una pancarta el 8M que ordenó el alcalde, “un hecho indigno cuando en paz se celebraba la fiesta del feminismo”.