La violenta madrugada que han soportado los vecinos junto a la discoteca de la calle Florida donde ha tenido lugar el apuñalamiento de un varón viven como algo habitual este tipo de situaciones en las inmediaciones del local de ocio.
"Lo raro es que no ha pasado antes, algo así", acertaban a decir poco después de las 11.30 horas vecinos de la zona en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, al ser cuestionados sobre la gresca que ha tenido lugar minutos después de las seis de la mañana.
Salir de fiesta con un arma blanca
Lo vivido esta noche da una vuelta de tuerca más a los hechos que observan, y padecen cada fin de semana y que son menos graves que el que mantiene en estado crítico a un joven en el hospital de Txagorritxu de la capital alavesa.
"Cuando sales de fiesta un sábado por la noche con un cuchillo, una navaja o un puño americano, mala señal", ha reflexionado al ser cuestionado sobre el último percance de este primer fin de semana de febrero.
"Todos hemos salido con nuestra cuadrilla a tomar algo y podían darse situaciones en las que saltaba la chispa entre varias cuadrillas que derivaban en algún empujón o puñetazo que se escapaba, pero en muchas ocasiones hasta terminábamos tomándonos juntos una cerveza entre todos", ha admitido rememorando sus tiempos jóvenes.
Sin embargo y como reflejo de la evolución de los tiempos ya no se producen ese modo de resolución tan amistoso de posibles altercados y "terminan saliendo cuchillos y navajas como manera habitual", lamenta.
Situaciones desagradables
Quienes viven en los portales cercanos al local de baile tienen que transitar por unas estrechas aceras tanto para salir como acceder a sus domicilios y, en muchas ocasiones y sobre todo los fines de semana, son testigos de desagradables situaciones.
Ese listado lo encabezan desde hechos banales como "ver a chicos orinando entre dos coches, chicas haciendo sus necesidades contra el cristal del escaparate de uno de los negocios cercanos", ha relatado.
Hay también ocasiones en las también "se puede ver a parejas teniendo relaciones sexuales encima de un coche y se ha dado el caso de pasar un padre con un hijo pequeño y tener que taparle los ojos y girarle la cabeza ante ese hecho", ha lamentado.
Quienes acuden a la discoteca suelen ocupar también las escaleras de acceso a los portales y "hay que levantar las piernas para sortear a las personas que están sentadas y se complica un hecho tan simple como poder entrar o salir al portal de tu casa", relata con un elevado nivel de indignación.
No olvida tampoco otra situación en la que tuvo que sortear a "varias personas delante del portal que estaban sentadas en las escaleras y tenían unas rayas sobre la parte trasera del móvil", concluye como parte de las desventuras que tienen que presenciar por el hecho de vivir al lado de la discoteca. "Estamos deseando que la cierren", lanza al aire como deseo y vaticinio final de la conversación.