Empezó grabando cortos con su primo, estudió en Butaca 78, pasó por Ola de crímenes y ahora, con 22 años, Asier Rikarte protagoniza junto a Carmen Machi y Javier Gutiérrez la primera comedia española de Prime Vídeo, Mañana es hoy, una historia de viajes en el tiempo dirigida por Nacho G. Velilla que se estrena este viernes.
¿Cómo ha sido actuar en Mañana es hoy?
–La película me gusta, y no lo digo de forma falsa. Está guay porque es un tipo de comedia que todavía no se ha trabajado tanto en España y la dirige Nacho Velilla, de los mejores directores de comedia de aquí, si no el mejor. Y está bien porque fusiona la comedia con la ciencia ficción, algo que tampoco se ha trabajado tanto aquí. El rodaje fue duro, no fue una experiencia fácil ni bonita en todos los momentos, porque soy protagonista junto a Carmen Machi y Javier Gutiérrez, como los actores más destacados de España. Obviamente quieres estar a esa altura en la pantalla, sobre todo cuando compartes tantos momentos con ellos, que tienen una forma de trabajar tan pulida y se conocen entre ellos. Incorporarme ahí fue difícil, pero el resultado ha ido genial.
¿Cómo preparó su personaje?
–Algo que hago, que además me lo aconsejó Carmen Machi (a ella le preguntaba todo lo que podía), es alejarme del personaje lo más posible. En el sentido de intentar trabajarlo lo menos posible desde ti, porque cuando tienes un personaje cerca de ti o es parte de ti, es mucho más difícil abstraerte, verte desde fuera y poder analizarte y cambiar. En cambio, cuando un personaje está lejos de ti, es como si fuera una marioneta. Lo puedes ver desde lejos, observarlo y manejarlo mejor. En mi caso también porque es un personaje muy muy lejano a mí, es prácticamente opuesto.
¿Qué puede contar del personaje?
–Rodrigo es un chico de 16 años, un adolescente de los 90 que viaja al futuro con sus padres. Encarna y representa muy bien lo que es ser un adolescente en los 90. Es muy inocente, sexual, todo el rato piensa en perder la virginidad, en chicas... Es bastante primario, pero eso no significa que haya sido fácil interpretarlo. Porque la película tiene muchos toques dramáticos y muchas idas y venidas. Lo difícil era interpretar partes en las que llora o se enfada sin perder su esencia inocente y divertida. Dentro de la familia, Rodrigo es el que aporta una visión diferente. Tiene una forma de vivir las cosas mucho más desde la ilusión, es el primero en percatarse de lo ocurrido y vivirlo de forma divertida. Está muy enganchado a los tebeos y a la ciencia ficción y en ese viaje al futuro cumple sus sueños viviendo esa realidad. Lo que me gusta de él es que Rodrigo es el que mejor encarna un enlace entre dos generaciones.
¿Cómo ha sido trabajar con actores y actrices de la talla de Carmen Machi o Javier Gutiérrez?
–Ha sido el momento de mi vida en el que más he aprendido de interpretación, con diferencia. Mucho más que estudiando, sin quitar el mérito a los sitios donde he estudiado. Lo que aprendes trabajando tres meses y medio con Carmen Machi no lo consigues ni haciendo cinco másteres. Ha sido muy interesante.
¿Qué opina del resultado final de Mañana es hoy?
–Algo que me llamó mucho la atención es que yo pensaba que para cuando viese la película tendría todo súper olvidado, pero veía las escenas y me acordaba perfectamente de cómo había sido ese día, cómo había dormido, si había llorado o me había agobiado porque lo había pasado mal... Es muy difícil verse a uno mismo, nunca nos gusta porque siempre nos sacamos mil defectos. Si a veces ya nos cuesta mirarnos al espejo o en una foto, enfrentarte a tu trabajo, que lo van a ver en 240 países, es difícil. Pero estoy contento, creo que he estado a la altura del resto de actores y que lo he hecho con mucha personalidad. También porque Nacho es muy buen director, muy concreto en sus indicaciones, sabe trabajar bien la comicidad. Lo ha hecho fácil. Es muy exigente, te hace repetir las cosas 40 veces porque es muy minucioso y preciso, pero eso como actor te da la tranquilidad de saber que si se ha terminado de grabar es porque el resultado es realmente bueno. Nacho ha sabido muy bien lo que quería hacer; el ritmo es bueno, rápido; hay muchas idas y venidas con los cambios de tiempo y muchas referencias culturales.
¿Con qué se quedaría de todo este proceso que ha vivido?
–Con muchas cosas. Con Carla Díaz, que interpreta a mi hermana, he aprendido muchísimo con ella y he hecho una amistad muy bonita. Todo lo que he aprendido de Javier y Carmen; con Antonia Sanjuán, con la que también he hecho una amistad súper bonita... Además, a ella la idolatraba desde pequeño, la imitaba, me había visto todas sus entrevistas, así que poder aprender de ella fue increíble. Ha sido muy liberador y muy bonito poder interpretar a un personaje tan opuesto a mí, es algo muy guay que me llevo. Ha sido un reto muy difícil: ese personaje, esa comedia. Y tengo la satisfacción de saber que lo he logrado. Ha habido muchos días de estar llorando y al minuto tener que incorporarte y reírte, la sensación de superación que te da manejar tus emociones es muy gratificante. Aparte de los momentos duros, es una comedia y hay momentos divertidos.
¿Cómo es trabajar en un proyecto de estas dimensiones?
–Te sientes bastante solo, perdido, es un mundo muy diferente al acostumbrado. Creo que intentar tener los pies en la tierra y mantener la humildad no es algo que solo sea por respeto hacia los demás, sino también una forma de defenderte a ti mismo. Mantener esa humildad no solo sirve para evitar pisar a otros, es algo que siempre te va a ayudar durante tu carrera para no perderte, saber quién eres y de dónde vienes. Si recuerdas eso, te ayuda a quitarle peso a esas situaciones, a dejar de idealizarla y a llevarlo todo con mucha más naturalidad.
¿Con qué apoyo ha contado para manejar estas situaciones difíciles?
–En el rodaje he tenido mucho apoyo y a mucha gente en el reparto y en producción, vestuario y peluquería, con la que hice un montón de amistad. Te apoyan mucho, porque convives durante tres meses y medio con un grupo de gente que está estresadísima, con rodajes nocturnos, con frío, con contratiempos. Se generan climas muy tensos. El apoyo siempre lo voy a tener aquí también, en mis amigos y en mi familia, son un pilar para mí.
¿Cómo ve el panorama cinematográfico actual como actor joven?
–Si hablamos de cine, hay un factor muy determinante: las plataformas digitales. Me parece que ahora es peligrosa la forma en la que se trabaja el audiovisual, los salarios, las condiciones, con estas multinacionales. Es cierto que nos dan muchas más oportunidades a los actores jóvenes porque nos colocan en un plano más internacional y está mucho más relacionado con las redes sociales. Es muy distinto, y va a cambiar mucho.