Es hora de que se acabe con el silencio que ha imperado en la Iglesia a lo largo de décadas". Cientos de víctimas de pederastia a las que se les ha dado la espalda exigen reconocimiento y reparación. Así lo asegura Ana Cuevas, portavoz de la asociación Infancia robada.
Y es que al hilo del anuncio de los partidos políticos que han propuesto varias fórmulas para crear una comisión para investigar los abusos en el seno de la Institución, el sentir de las víctimas es unánime. Se muestran esperanzadas, ilusionadas pero también cautas.
Es el caso de Mikel Eziolatza, que denuncia que a los 11 años fue víctima de abusos en el colegio los Reparadores de Puente La Reina. Según defiende, "hay que evitar que la Iglesia vuelva a repetir los patrones: esconder estos casos, mirar a otro lado... No solo son los abusadores, la Institución se ha posicionado a su lado al ocultarlo y abandonar a las víctimas. Son cómplices de estos delitos. Ellos dicen que son pecados pero no, son delitos".
El navarro asegura que lo denunció en el mismo centro según ocurrió, y tras responder a un interrogatorio "con todo tipo de preguntas escabrosas" al año siguiente trasladaron al religioso a otro convento, una práctica habitual. Por eso, asegura que aún siente "cargo de conciencia", ya que de haberlo denunciado podría haber evitado el sufrimiento de futuras posibles víctimas. "Pero era otra época", sostiene.
Mikel Eziolatza
Fue el problema de Emiliano Álvarez , víctima de abusos en el seminario de San José de la Bañeza, del cual acabó escapando. Por miedo a los prejuicios de la gente, no fue hasta los 50 años cuando dio el paso de denunciar. Y asegura que no era el único niño del que abusaron allí. "A las noches cuando veías que iba a donde otro compañero te tranquilizabas porque sabías que esa noche podrías dormir", recuerda. "Y todo el mundo lo sabía. De hecho, cuando mandábamos cartas a casa siempre las revisaban. Decían que era para corregir las faltas de ortografía pero yo creo que era para asegurarse de que no contáramos lo que
allí ocurría", sostiene.
Aunque tardó décadas en denunciar, insiste en animar a todas las víctimas a dar el paso. "No pueden seguir con esa carga emocional". Al igual que Eziolatza. "Haberlo denunciado desde el primer momento me ha quitado mucho peso de encima. Te queda una cicatriz pero no hacerlo es mucho más duro, estás cargando con ello en la soledad", mantiene.
Los abusos, una huella imborrable
En muchos casos, los delitos denunciados por las víctimas ya han prescrito. Sin embargo, como apunta la portavoz de la Asociación Ana Cuevas, "no estamos buscando algo punitivo de cara a sancionar a los victimarios, queremos defender a las víctimas", sostiene. "Son vidas rotas que tienen unas consecuencias terribles a lo largo de la vida".
Y es que si hay una palabra que se repite en los tres protagonistas es la reparación. Buscan un reconocimiento pero también un acompañamiento a las víctimas. Como cuentan, muchas de ellas han necesitado ayuda psicológica a lo largo de sus vidas. Por eso, ya sea una indemnización económica o una terapia, reclaman que "hay que acompañar a las víctimas todo el tiempo que lo necesiten". "Me han roto la vida, y en mi caso no puedo poner precio a mi vida. Ni aunque me ofrecieran 10 millones de euros", clama Álvarez .
Las víctimas denuncian inacción de la Iglesia
Desde hace dos años, las diócesis cuentan con oficinas de atención a las víctimas de abusos. Sin embargo, Eziolatza y Álvarez denuncian que son "tapaderas". Y es que Álvarez critica el trato recibido en la misma. "Mi victimario me acabó denunciando, y aunque acudí a la oficina de la víctima para pedir ayuda, acabaron acompañándole a él a los juzgados". Del mismo modo, denuncia "la poca empatía" que mostraron al anunciarle la condena a la que fue sometido el religioso que abusó de él. "¿Sabes cómo me comunicaron la condena que se le había impuesto? Por un mensaje de WhatsApp", clama indignado. Y la condena le parece totalmente intolerable. "Solo se le exigió no acercase a niños hasta los 80, años, cuando en el momento de la condena tenía mas de 70". Además, critica: "¿Cómo se va a comprobar que no se acerca a niños si está en una parroquia? ¡Es imposible!
"Son los interesados en limpiar su imagen"
"La primera interesada en limpiar su casa debería ser la Iglesia", sostiene Eziolatza. Pero puntualiza: "Aquí distingo los cristianos de base, que están muy defraudados con el comportamiento de la élite, la conferencia episcopal, y también hay voces discordantes de algunas diócesis y obispos".
Y es que mientras la cúpula se muestra aún reticente a esclarecer todas las denuncias, y ha declinado hacer declaraciones a este medio porque "la comisión no está aún formada", en las últimas semanas algunos obispos se han desmarcado de las declaraciones de la cúpula y sostienen que hay que acabar con esta lacra. Es el caso del arzobispo de Madrid o el párroco del casco Viejo de Bilbao, entre otros.
"Pero hablamos de la parte mas rancia de la Iglesia que sigue con la misma metodología que han tenido hasta ahora, intentando minimizar lo que ha sucedido y ocultando los hechos". Además, sostiene que siguen "intentando hacer políticas de maquillaje".
"Siguen defendiendo que no hay casi víctimas, que la pederastia se produce en otros ámbitos, cuando saben que no es así. Es una forma de lavar la imagen". Por eso, insiste en que debería cambiar su forma de actuar: "Espero que la presión de sus feligreses y partes aperturistas de la Iglesia ayude a limpiar su casa y colaborar como ha pasado en Francia".
España, a la cola en investigar
Y es que España va a la cola en investigar la pederastia en el seno de la Iglesia. En Alemania, Portugal o Francia fue la propia Institución eclesiástica la que propuso una comisión independiente para llegar hasta el fondo de la investigación y contabilizar todos los casos de pederastia en su seno en las últimas décadas. En total, en el país galo se contabilizaron 330.000 casos.
"En España no creo que seamos diferentes y las cifras rondarán esos números", insiste Eziolatza. Lo mismo opina Cuevas, que subraya que "es ilógico pensar que en el Estado español habrá menos víctimas que en otros países cuando el catolicismo ha estado muy presente y sigue estándolo. Hasta hace poco éramos un estado confesional".
todo lo que ha ocultado"
Emiliano Álvarez
Por eso, Ana Cuevas insta a que la institución eclesiástica colabore, reconozca y repare a las víctimas, opinando que debería acudir a la comisión de investigación como compareciente.
"Llevamos muchos años luchando, ya es hora de hacerse cargo y zanjar de una vez por todas este tema", pide. Una reclamación a la que se suma Mikel Eziolatza:"Tienen que aclarar todos estos hechos, sobre todo para que no vuelvan a ocurrir. Se debe hacer justicia y memoria histórica", zanja.