Lodosa derribará los edificios junto a la Iglesia de Montserrat

La corporación municipal, durante el pleno celebrado este mismo mes, dio luz verde al derribo de los edificios adyacentes a la Iglesia de Montserrat, el paso previo y necesario, recordaron, para después crear un espacio público en dicha zona y convertir lo que en su día era el templo en un edificio de uso polivalente.

La alcaldesa de Lodosa, Lourdes San Miguel, explicó en dicha sesión que los trabajos los llevará a cabo la empresa Obras y Servicios Cárcaba S.L. por un importe de 37.995,32 euros “ya que al tratarse de una cuantía inferior a 40.000 euros se puede hacer una adjudicación directa y este ha sido el presupuesto más ventajoso de los cuatro que habíamos recibido en el Ayuntamiento”. El derribo de estas edificaciones, que no tienen valor arquitectónico, tendrá lugar la primera quincena de marzo.

Esta actuación, insistía, permitirá “avanzar en un proyecto que abre muchas posibilidades; habilitaremos un espacio público en la zona del final de las Calles Mayor y Ancha e inicio del Grupo Muskaria, las conocidas como ‘Casas Baratas’ que, actualmente, es inexistente. Además, la propia iglesia se convertirá en un edificio de uso polivalente que puede ser muy interesante”.

Sin embargo, dichos usos aún no están definidos y la idea es abrir un proceso participativo con los vecinos y vecinas.

“Hay espacio suficiente para habilitar salas de reuniones para los grupos de Lodosa, oficinas y un amplio espacio multifuncional”. Ahí, además, también se podrían desarrollar otras iniciativas que ya barajan como, por ejemplo, “un campus empresarial que potencie el empleo, el emprendimiento y la creación de empresas”.

Paso a paso

El objetivo es “recuperar la Iglesia de Montserrat y su entorno dignificando esta zona de la localidad y habilitando un edificio de uso múltiple que abrirá numerosas posibilidades para el desarrollo de Lodosa”. De hecho, cabe recordar, el Ayuntamiento es propietario del entorno de la iglesia después de un largo proceso de negociación con los propietarios de las parcelas aledañas; en 2019 adquirieron la primera de ellas por 27.000 euros, y el año pasado se hicieron con la segunda por 150.000 euros de los que el Gobierno de Navarra, vía enmienda de Geroa Bai, aportó 90.000 euros.