Polideportivo

Lorena Wiebes deshoja la Milán-San Remo

La neerlandesa, pletórica, se impone al esprint a Vos y Rüegg en un grupo reducido de las grandes favoritas
Wiebes, campeona de Europa, festeja la victoria.
Wiebes, campeona de Europa, festeja la victoria. / Milano Sanremo

Tal vez por eso de la Primavera, como se conoce a la Milán-San Remo, La Classicissima en su versión femenina, se deshojó como una margarita. El famoso juego de me quiere o no me quiere. Cada pétalo tenía una respuesta.

En el Poggio, donde se concentró la acción de la prueba, que había partido desde Génova, floreció una margarita y numerosas pretendientas a desvelar el misterio de una prueba compleja en su sencillez.

Lorena Wiebes tocó el cielo impulsada por la fastuosas piernas de Lotte Kopecky, que le regaló la carrera. Wiebes fue la más rápida en el esprint del grupo de las mejores. Se impuso a Marianne Vos y Noemi Rüegg. La mejor manera de estrenar la primavera y La Classicissima.

En el mítico Poggio, a 9 kilómetros de Vía Roma, se agolparon la mejores: Wiebes, Vos, Kopecky, Longo Borghini, Balsamo, Niewiadoma, Rüegg, Pieterse, Dygert, Ferrand-Prévot, Vollering... En esa subida, una de las llaves de la Milán-San Remo, comenzó el cortejo por el laurel.

En la ascensión, Niewiadoma, la última campeona del Tour femenino, arrancó su pétalo. No le quería ganadora la carrera. Su acto revolucionario no prosperó. El Poggio afiló el grupo, lo adelgazó.

Más aún cuando Vollering asomó para tratar de desarticular el orden en el descenso, vertiginoso y peligroso. Una locura. La neerlandesa tensó al máximo, pero la cuerda no se rompió del todo.

No al menos entre las mejores. A Vollering, el pétalo también le negó. El Edén no le esperaba en Vía Roma. Finalizado el descenso, de aspecto kamikaze a pesar del suelo seco, de los parches de asfalto nuevo, aparecieron otras manos para tirar de la margarita.

Borghini casi sorprende

Elisa Longo Borghini tiró con fuerza y convicción. Era el suyo un movimiento de aspecto ganador. A dos kilómetros de la gloria arrancó con todo. Rompe y rasga. Sembró dudas en el grupo, que por un momento estuvo a un dedo de la dimisión. Irrumpió en escena entonces Lotte Kopecky.

La campeona del Mundo evidenció su estatus. A la italiana le sobró el empuje bestial de la belga, que devoró a mordiscos la ventaja que adquirió. Su arcoíris era una nube negra sobre Longo Boghini, que veía la meta, pero no logró acariciarla. Le esposó Kopecky, que le dejó sin margarita. Otro no me quiere.

En Vía Roma solo había una solución. El esprint. El momento de buscar el sí quiero de la Milán-San Remo. Vos se estiró del todo, para que su pétalo fuera el de la sonrisa, pero fue Lorena Wiebes, la compañera de Kopecky, la que obtuvo el sí quiero en La Classicissima. Wiebes deshoja la Milán-San Remo.

2025-03-23T12:46:18+01:00
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