"Soy una mala persona, al igual que muchos otros, podría decir". Con esta frase comienza la última novela de Lorenzo Siva 'Púa', una novela negra que se adentra en la guerra sucia contra el terrorismo. Basada en hechos reales es, sin embargo, una historia ficticia. Una historia que, en un momento dado, atrapó al escritor: "yo creo que los temas te van buscando y escogiendo". Surgió mientras Lorenzo Silva preparaba otras historias, "algunas que tuvieron que ver con el terrorismo y con la lucha antiterrorista", lo que le dio la oportunidad de "hablar con personas que estuvieron en los dos lados de esa trinchera". Y de esos testimonios directos, destaca que "lo que más agradezco es que ninguno presumiera de lo que había hecho".

En este caso no ha querido vincularse a ningún episodio en concreto, por ello, confiesa Silva, "deliberadamente he situado la historia en un lugar indeterminado y en una época tan poco especificada". Sí que ha utilizado elementos reconocibles, "hay una frontera de por medio, hay un fracaso de la actuación normal del Estado, precisamente por la existencia de esa frontera, que lleva a algunas personas a decidir 'vamos a actuar al otro lado de la frontera y para eso, vamos a recurrir a infiltrados, vamos a recurrir a operaciones especiales o clandestinas'."

Añade Lorenzo Silva que "la historia estaba ahí y tenía la sensación de que es una de esas muchas historias que suceden entre nosotros que no se cuentan o se cuentan de una manera fragmentaria. Muchas veces ahí es donde están las novelas y donde está el verdadero desafío para el narrador, en meterte en ese territorio incómodo".

La investigación de cualquier crimen "es compleja", según Lorenzo Silva, pero en el caso de la 'guerra sucia' es todavía más "conflictiva" porque "estamos hablando de alguien que, en un momento determinado, asume que para perseguir un fin, que él considera que es legítimo e incluso noble, acepta hacer lo más innoble. Y esto lejos de ser una hipótesis calenturienta es algo que podemos ver en nuestra historia reciente, pero también en la de otros países de nuestro entorno que, además, pasan por ser democracias avanzadas y consolidadas. Episodios de guerra sucia contra el terrorismo hay en Reino Unido, en Francia, en Italia, en Alemania, en Estados Unidos... Es decir, esto es una extraña y triste constante".

Púa, un agente implicado en la 'guerra sucia'

Pero en lo que ha querido centrarse Silva es en la historia personal del protagonista. Púa está ya retirado, ya no es policía, pero se pone en contacto con él un antiguo compañero que le pide que proteja a su hija. Púa no se puede negar, sin embargo, no estará dispuesto a llegar a ciertos límites. Se trata de una historia "contada en dos tiempos" en la que el protagonista busca contar "la verdad de lo que ha sido; no envuelta en justificaciones, si no con el mayor número posible de circunstancias verdaderas. Lo que intenta es dejar testimonio de que él no ha reaccionado como otros, es decir, para validar su propio fracaso personal no ha llegado al extremo de aceptar que lo que hizo, que es injustificable en términos absolutos, estuvo justificado".

Sobre el protagonista, Lorenzo Silva admite que no es una buena persona, pero es por "esa parte que todos tenemos... ¿Quién no ha sentido nunca un mal impulso? ¿Quién no ha tenido en algún momento un mal pensamiento? ¿Quién no ha deseado causarle daño a otro? Eso nos ha pasado a todos". Sin embargo, añade que "no es un canalla, no es un desalmado, no es un psicópata, no le divierte. A lo largo de la novela vemos que, en algunos momentos, él lo pasa mal haciendo lo que hace, no lo hace por recrearse en su maldad, lo hace porque cree tener una buena razón. Y eso es lo más estremecedor".