La Junta de Accionistas de Tubacex, celebrada hoy en Bilbao, aprobó las cuentas del ejercicio 2023, con un beneficio neto de 36,3 millones y ventas por valor de 852,4 millones, así como una remuneración de 0,118 euros por título. Son los datos, positivos, del balance del pasado año, con cifras que los responsables del fabricante de tubos confían en repetir este año. No obstante, 2025 será el año en el que la empresa vasca experimente un "crecimiento importante" gracias, entre otras razones, a la puesta en funcionamiento de su planta en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos), que podría apotar hasta 150 millones de euros en facturación anual.
El consejero delegado de Tubacex, Jesús Esmorís, y el presidente de la empresa, Manuel Moreu, comparecieron ante los medios antes de la Junta, en la que también se ratificó el nombramiento de Ignacio Mataix - ex consejero delegado de Indra e ITP Aero - como consejero independiente de la firma. La situación financiera de Tubacex es "solida y robusta", remarcó Esmorís, que destacó asimismo el avance en la diversificación sectorial emprendida -con crecimientos en la fabricación para el sector de la energía nuclear, la captura de dióxido de carbono e hidrógeno y la movilidad sostenible, entre otros- y el hecho de disponer de una cartera actual de pedidos por valor de 1.600 millones de euros que da "muchísima tranquilidad".
CONFIANZA EN QUE SIGA LA “PAZ SOCIAL”
El próximo año deberán renegociarse los convenios colectivos de las plantas vascas de Tubacex, un proceso en el que Esmorís confía en que prevalezca “el sentido común y la responsabilidad” para mantener la “paz social” lograda con los sindicatos. En este sentido, subrayó que las plantas vascas aglutinan los mayores costes laborales para Tubacex y que los salarios de los trabajadores de estas factorías son los más altos del grupo. Sobre la reducción de jornada que plantea el Gobierno central, el consejero delegado pidió que esa medida “se haga con cabeza” y no suponga poner “palos en las ruedas” de las empresas.
La recuperación experimentada tras el fuerte impacto que supuso la pandemia también ha alcanzado a las plantas vascas de Llodio y Amurrio, que el año pasado "volvieron a ser rentables", explicó Esmorís. En este sentido, el consejero delegado de Tubacex puso de relieve la aportación que estas factorías van a tener en el producto que, posteriormente, se terminará de ejecutar en la nueva planta de Abu Dhabi, que se espera comience a funcionar a principios del año que viene y que servirá para dar soporte a la extracción de gas en aquel país. Para ello, Tubacex ha desarrollado una alianza con Mubadala, un fondo de inversión soberano perteneciente al emirato de Abu Dhabi.
La fuerte competencia desde mercados como Asia está obligando a Tubacex a reorientar su actividad hacia una producción “de mayor complejidad” y destinada a “clientes exigentes”. “Llegar hasta aquí no ha sido fácil, pero ahora estamos en la Champions League”, resumió Esmorís aludiendo a que “solo dos o tres firmas” europeas son competencia directa de Tubacex. La firma quiere rebajar su dependencia del negocio clásico de gas y petróleo, que supone el 43% de su facturación, y volcarse en ramas como la aeroespacial, la energía nuclear, y las nuevas soluciones de movilidad, para lo que busca una estrategia basada en la diversificación, la competitividad y la sostenibilidad, además de una apuesta “clara” por la reducción de deuda.