A finales del pasado mes de octubre, la compañía Renfe se vio en la obligación de retirar cinco de los trenes que cubren el trayecto de Cercanías entre Bilbao y Orduña tras registrarse actos vandálicos en el interior de los coches, con un resultado de, al menos, 80 lunas rotas y varios asientos arrancados de cuajo.
Los destrozos, denunciados ante la Ertzaintza, fueron presuntamente cometidos por un grupo de jóvenes que, aprovechando la ausencia de los guardas de seguridad, se desplazaban por los convoys ferroviarios rompiendo los asientos o las lunas con los martillos de seguridad que extraen de los habitáculos donde se hallan.
Parece que no se trata de hechos puntuales, ya que el Comité de Empresa de Renfe-Bizkaia ha emitido este viernes un comunicado para denunciar lo que considera como una "oleada de ataques" que está afectando, sobre todo, a los "trenes que prestan servicio en el núcleo de Cercanías de Bilbao, con especial atención a la línea C3 la conecta la capital vizcaina con Orduña.
A pesar de sus esfuerzos y advertencias reiteradas ante "la falta de personal de seguridad en las estaciones y en los trenes", la situación se ha agravado "con la reapertura del ocio nocturno" y el uso que estos vándalos hacen de los trenes que circulan de madrugada. El comité ha hecho hincapié en el elevado número de convoys que circulan sin personal de seguridad y el hecho de no existir en la actualidad la figura de un responsable de seguridad de Renfe en Bizkaia, dos carencias que suponen "un caldo de cultivo perfecto para que los gamberros campen a sus anchas por los trenes".
Supresión de unidades
Los perjuicios que estos actos vandálicos están provocando son importantes, tanto económicos para la compañía, como de molestias e inconvenientes para los usuarios. "La rotura de cristales y de asientos arrancados, algunos de ellos lanzados por las ventanas en plena marcha del tren, conllevan la inmovilización del material durante un largo tiempo en el taller de Ollargan, siendo una de las causas por la que se están suprimiendo numerosas circulaciones en la línea C3 Bilbao-Orduña", explica la representación de la plantilla.
El comité de la compañía apunta en el comunicado que es "la falta de implicación de las instituciones vascas y la burocracia para que pueda intervenir la Ertzaintza, dan cobertura a la impunidad con la que los vándalos efectúan sus acciones".