La cesta de la compra de los consumidores vascos parece entrar en una senda de estabilización, a tenor de los últimos datos sobre IPC publicados esta semana por el INE y que recogen los cambios anuales y mensuales por comunidades. De ellos se desprende que la inflación alimentaria está en vías de quedar bajo un relativo control, puesto que, a pesar de los descensos generales, también hay incrementos en algunos apartados importantes de la cesta.
La subida interanual del pasado mes de julio (+4,3) es la más baja de todo el año, pero sigue constituyendo un porcentaje muy superior al del 2% que los economistas consideran como positivo para ubicar como dominada a la inflación. Además, la variación mensual fue del 0,1, un avance que, si bien es escaso, contrasta con la caída (-0,3%) que se había anotado en el mes precedente. No obstante, en esa misma tasa mensual se registraron descensos o subidas mínimas en muchas de las categorías, lo que induce a pensar que, después de dos años (2022 y 2023) de fuertes ascensos, los precios de los alimentos vuelven a estar en un camino más llevadero para el bolsillo del consumidor aunque, eso sí, muy lejos de la situación que había no solo antes del estallido de la guerra en Ucrania sino incluso también antes de la pandemia de covid.
El aceite de oliva es uno de los productos que más está desequilibrando la cesta de la compra. Incluido en el apartado ‘Aceites y grasas’, si bien la subida interanual sigue siendo fortísima (+35,2%), a nivel mensual el descenso es del 3,9%, sin duda influido por la rebaja en el IVA, que está en el 0% desde el pasado 1 de julio, cuando también se hizo efectiva la prórroga hasta el próximo 30 de septiembre de ese mismo tipo para el resto de los alimentos básicos con el IVA superreducido y del 5% para la pasta y el resto de aceites comestibles. En lo que ha transcurrido de año la subida acumulada es del 9,6%. Otro apartado que cae con fuerza en 2024 es la carne de ovino, que desciende un 1,5% este año, a pesar de que en tasa interanual ha crecido un 10,2%. Asimismo, en el acumulado de los siete primeros meses del año se computan otros importantes descensos: legumbres y hortalizas frescas (-6,1%), pescado fresco y congelado (-5,3%) y leche (-0,6). Por contra, los mayores ascensos en 2024, además de los aceites, corresponden a patatas (9,2%), café e infusiones (9%), frutas frescas (4,1%) y pan (3%).
En términos generales, los crecimientos de los precios se van moderando, en contraste con los episodios experimentados en 2022 y 2023. El estudio sobre la evolución de los precios en los alimentos básicos en Euskadi, elaborado por la Autoridad Vasca de la Competencia y divulgado a finales del año pasado, recogía y analizaba los fuertes ascensos de esos años. Así, entre enero de 2021 y agosto de 2023, el IPC en los alimentos creció en Euskadi entre un 18% y un 50%, cifras similares, pero ligeramente inferiores a lo observado en el conjunto de España. “Considerando la cadena de valor en su conjunto, el patrón más común es un gran aumento de precios en la fase de producción, que progresivamente se va aminorando hasta llegar a la fase de distribución minorista”, resaltaba el informe.
El documento también señalaba que el año 2022, con los efectos del inicio de la guerra de Ucrania impactando de lleno en la inflación, fue el más perjudicial para el consumidor, mientras que la subida en 2023 fue más atemperada. En lo que concierne a Euskadi, la inflación afectó “significativamente” el poder adquisitivo de su población, posicionando a la CAV como la cuarta comunidad que más poder de compra perdió en 2022. Leche (+49,5%), huevos (+42%) y carne de vacuno (+23,2%) fueron los que más subieron.