Los amigurumis se han convertido en los últimos años en todo un reclamo, unos peluches muy especiales hechos mediante la técnica del crochet o ganchillo, y cuyos resultados enamoran no solo a los más pequeños de la casa, sino también a los mayores. Estas creaciones artesanales, que triunfan en redes sociales en forma de protagonistas de películas de animación, superhéroes o princesas Disney, entre otros, se están popularizando en los últimos años, y entre sus creadoras encontramos a Ainhize Hurtado (Amorebieta, 12 de agosto de 1982), a quien en redes sociales como Instagram encontramos bajo el nombre de usuario @potxoladasbyainhi.
Pero, ¿cómo empezó ella a enamorarse de estas creaciones y a impartir talleres? Pues tal y como ella misma nos cuenta, todo esto empezó “por casualidad, cuando mi hermana nos dijo que estaba embarazada. Mi amama siempre nos había hecho mantas, jerséis, vestidos... Y al faltar ella no había nadie que siguiese con la tradición”, rememora. Es por eso que fue ella quien tomó la decisión de ir a la mercería a aprender a hacer ganchillo, para de esta forma poder confeccionar una manta que después le regalaría a su hermana. “Tardé todo el embarazo en hacer la manta, y me di cuenta de que no era lo mío, pero ya tenía el gusanillo del ganchillo, por lo que me puse a trastear por Internet y me encontré con los amigurumis. Desde entonces no he parado”, cuenta Ainhize Hurtado con una sonrisa en el rostro.
Administrativa de profesión, desde entonces esta pasión ha pasado a convertirse en una inseparable compañera de viaje para ella, pues como todo arte requiere de un intenso aprendizaje que se va reciclando con el tiempo. “Una vez controlas la tensión y consigues que todos los puntos te salgan iguales, ya va todo rodado. Pero no sabría decir cuánto me llevó este proceso”, señala. Lo mismo que sus creaciones, que dependen mucho de su complejidad. Porque lo que tarde en crearlos “depende mucho del tamaño. Aunque como poco cinco horas, y como máximo unas 25 que me lleva hacer un Olentzero”.
Y además de los amigurumis, las redes sociales también se han convertido en otra de sus grandes aliadas a la hora de compartir con los usuarios todas aquellas ideas que pasan por su mente. Y es que ella misma reconoce que estas le han ayudado, aunque también afirma que el boca a poca funciona mejor en estos momentos en su caso. Y, si no las tuviera en estos momentos, ¿qué sería de su vida? “No cambiaría mucho, aunque sí que es una ventana que te abre al mundo”, incide Hurtado.
Ella se abrió al fin y al cabo la cuenta de @potxoladasbyainhi porque sus hermanas le insistieron para que lo hiciera y de esta forma mostrase allí su trabajo. Al fin y al cabo, redes sociales como Instagram son en estos momentos un auténtico escaparate para artistas que quieren compartir con el resto de usuarios sus creaciones, para que contemplen lo que la imaginación puede crear y se hagan partícipes de cada creación. “Llevo ya seis años con ella, pero no considero que haya triunfado en redes sociales. Mi cuenta es pequeñita, pero bien avenida”, sonríe finalmente, porque lo que sí ha creado es una comunidad a la que mostrar todos los amigurumis que crea con sus manos y que fascinan a sus seguidores.
Un consejo imprescindible, paciencia
Contar con los consejos de alguien que ya se encuentra inmerso en este mundo suele ser de gran ayuda. Por eso, le hemos pedido a Ainhize Hurtado, @potxoladasbyainhi, que nos dé algún consejo para aquellas personas que se quieran adentrar en el mundo de los amigurumis. Para ella la clave es la paciencia. “Las primeras puntadas son las más difíciles, luego ya va todo rodado. Que busquen proyectos que les gusten y se adecúen a su nivel, así no se frustrarán. Y sobre todo, disfrutar, ver una pieza acabada tejida con tus manos, da mucha satisfacción”, nos cuenta.
Los amigurumis, una fuente de orgullo y de anécdotas que recordar
En esta aventura Ainhize Hurtado ha vivido muchas cosas que ha querido compartir con nosotros
Si las redes sociales han pasado a formar parte de la historia de @potxoladasbyainhi, sus anécdotas también son protagonistas y cuentan su historia de una forma única. Y en este camino son varias las anécdotas que atesora de la aventura que Ainhize Hurtado emprendió hará ya unos años. Para ella lo mejor, al fin y al cabo “es toda la gente bonita que he conocido, que algunas ya son amigas”, señala.
Porque esa es al fin y al cabo una de las claves cuando emprendemos una actividad de estas características, no solo todo lo que creamos, sino las personas que conocemos en el camino y la estrecha relación que forjamos con ellas. Y con ella podemos entablar además una estrecha relación a través de los talleres que imparte y en los que podemos aprender todos los entresijos de los amigurumis, con los que sin duda triunfaremos a la hora de hacer regalos en cumpleaños, bautizos o celebraciones.
Porque en esta andadura encontraremos muchos motivos para estar orgullosos. Para Ainhize Hurtado, la fuente de su orgullo es Untxi, su primer (y hasta el momento) único patrón que utiliza en los talleres. Pero, ¿qué es lo más peculiar que ha llevado a cabo? “En el apartado de peculiaridades, diría que una cabra. Pero lo que más me ha costado fue el primer perro que hice. Aún recuerdo lo que sufrí para coser las patas”, sonríe Hurtado.
Materiales
Cuando nos sumergimos en una nueva pasión, en una afición que nos va a acompañar durante semanas, meses o años (dependiendo de lo mucho que nos enganche), una de las primeras preocupaciones es cuánto nos va a costar dar con los materiales para poder hacerla realidad. En el caso de los amigurumis, Ainhize Hurtado (@potxoladasbyainhi) nos cuenta que son fáciles de conseguir, “algodón y ganchillos puedes encontrar fácil. Luego todo depende de las calidades”.