El bolso es un complemento tan necesario en el día a día como imprescindible en cualquier look. Muchas veces un estilismo no sería lo mismo sin ese estiloso, original o colorido bolso.
Sin él no podríamos salir de casa porque nos faltarían manos para llevar las llaves, la cartera, el móvil, los pañuelos, las gafas, el pintalabios... y el infinito etcétera de cotidianos o insólitos objetos que se pueden encontrar en el bolso de una mujer.
Precisamente, ese exceso de peso que a veces llevamos en el bolso puede resultar perjudicial para nuestra salud. Y no solo eso; su diseño, material, tamaño y peso, así como la forma de llevarlo también pueden influir en posibles lesiones.
Los bolsos menos recomendables
Los bolsos con los que tienes que tener especial cuidado son:
1- Bolsos de hombro grandes y pesados
Estos bolsos, cuando se llevan de un solo lado, pueden causar un desequilibrio en la postura, lo que provoca dolor en el hombro, cuello y espalda. El peso excesivo también puede causar tensiones musculares y pinzamientos nerviosos.
2- Bolsos de mano pesados
Al llevar mucho peso en una sola mano, el cuerpo se descompensa, lo que puede causar dolor en la muñeca, en el brazo y en la espalda baja.
3- Mochilas de un solo tirante
Estas mochilas distribuyen el peso de manera desigual, causando problemas similares a los de los bolsos de hombro, además de dolor en el hombro y en la espalda.
4- Bolsos con correas finas
Las correas delgadas pueden clavarse en los hombros cuando se lleva mucho peso, lo que aumenta el riesgo de dolor en los músculos y en los nervios.
El bolso más recomendable
En cuanto a qué bolso es el más saludable, los expertos recomiendan el bolso bandolera para llevar cruzado. Coinciden en que es el mejor para evitar dolores, eso sí, siempre y cuando no pese demasiado, sea de correa ancha y acolchada, y se lleve lo más pegado al cuerpo posible para evitar balanceos.
Aunque distribuyen mejor el peso que un bolso de hombro o de mano, si se llevan con mucho peso o durante largos periodos, también pueden causar presión en los hombros y el cuello, y afectar a la postura.
Consejos
Si quieres evitar que el uso del bolso te acabe pasando factura, lo primero que debes hacer es reducir el peso que llevas dentro. Mete solo lo esencial y evita que la carga total supere el 10% de tu peso corporal. Usa correas anchas y acolchadas que ayudan a distribuir mejor el peso y reducen la presión sobre los hombros.
Si eres de las que prefieres el clásico bolso de asa, los especialistas recomiendan elegir uno que pueda llevarse al hombro, con un asa ancha o dos asas enrolladas, e ir cambiándolo de hombro a lo largo del día para equilibrar la carga. De esta forma evitarás que, al llevarlo siempre del mismo lado, los músculos de esa zona se alarguen y te causen problemas de cuello, hombros y brazos.
Los expertos señalan además que la persona adquirirá la costumbre de tener el hombro elevado de manera inconsciente aunque no esté cargado y adoptará una postura incorrecta para compensar este desequilibrio.
Si te gustan las mochilas, opta por las de dos tirantes puesto que estas distribuyen el peso de manera uniforme, lo que es más saludable para la espalda y los hombros.
Los expertos señalan además que no solo el tamaño del bolso o el peso que lleves dentro importa, sino que también hay que tener en cuenta el material. Apuntan que el nylon y la lona son más recomendables que la piel porque son mucho más ligeros.