Sartenes, cazuelas y todo tipo de utensilios metálicos han resonado este sábado por las calles de Donostia de manos de los caldereros, que han traído sus ritmos del Este a la capital guipuzcoana cantando aquí y allí las canciones de Raimundo Sarriegi. Las 19 tribus de la Comparsa Tradicional recorrieron las calles de la Parte Vieja ataviados con sus trajes de zíngaros y martilleando las sartenes con sus martillos y ofrecieron su espectáculo en la plaza de la Constitución. Una fiesta con amplia tradición que se mantiene viva gracias al esfuerzo y la implicación de cientos de donostiarras. Además de 410 caldereros de la Comparsa Tradicional, por la Parte Vieja cantaron también más de 200 de la Comparsa Primitiva y decenas más por Gros, Amara, Herrera, Txomin y otras zonas.
La primera comparsa de caldereros húngaros desfiló en Donostia el 2 de febrero de 1884, festividad de la Candelaria. Fue organizada por las sociedades populares La Unión Artesana y La Fraternal como parte de las fiestas de Carnaval. Y en aquella primera salida la comparsa contó con música de Raimundo Sarriegui y letra de Adolfo Comba. La fiesta, que alternó periodos de gran éxito con otros de casi total desaparición hasta 1958, fue recuperada gracias a la sociedad Gaztelupe y aún hoy se mantiene con fuerza en varios barrios de Donostia.