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Los centros tecnológicos son un soporte indispensable para toda la industria vasca

Su transferencia a las empresas de conocimiento en I+D+i las permite competir en un entorno cada vez más exigente
La productividad de la industria en Euskadi alcanzó los 66.900 euros.

Agrupados en la Basque Research and Technology Alliance, los 17 centros tecnológicos que componen esta alianza, con el apoyo del Gobierno vasco, las Diputaciones Forales y la SPRI, trabajan para proveer de conocimiento en materia de investigación e innovación a las empresas vascas. Tres de ellos -Ideko, Tekniker y Ceit- reflexionan para este periódico sobre sus proyectos, su gestión de la crisis pandémica y los retos de futuro.

A la hora de salir a los mercados extranjeros, ante competidores con costes mucho más bajos, la industria vasca debe ofrecer soluciones de valor añadido. Parte de esa tarea recae en los centros tecnológicos, que se coordinan con las propias compañías para conocer qué necesidades tienen en I+D+i y como pueden ayudarlas a encontrar la mejora que pueda contribuir a ganar posiciones en el mercado.

Además de en la máquina-herramienta, los centros tecnológicos asociados en la alianza -con una plantilla conjunta de casi 4.000 trabajadores- trabajan en sectores como la Inteligencia Artificial, la energía y la salud. El reto es ayudar al tejido empresarial que, a las dificultades coyunturales, une otras de carácter estructural, como la crisis demográfica, la transición digital y el obligado viaje hacia la sostenibilidad.

"Si dejamos de innovar perdemos nuestra razón de ser"

El Ceit (Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas de Gipuzkoa) cuenta con varias novedades entre las que destacan los sistemas de posicionamiento, tecnologías digitales y células de inspección de los procesos productivos. Su director de Desarrollo Corporativo es Iñaki Yarza, que remarca el objetivo de contribuir a la mejora de las capacidades productivas de I+D+i de las empresas.

“A nosotros no va la vida en innovar y ayudamos a las compañías a ello. Las restricciones de la pandemia nos afectaron menos que a las empresas, puesto que pudimos hacer mucho trabajo telemático y no detuvimos nuestros proyectos”, explica.

No obstante, las necesidades de las pymes y de los grandes nombres no siempre son las mismas. “A la pequeña y mediana empresa le va la vida en el día a día, afronta muchos problemas cotidianos para seguir siendo competitiva, y con ellas tratamos de generar un efecto tractor para empujar su labor innovadora. Somos el brazo extendido de I+D que tal vez no pueden permitirse. Con las grandes firmas se trata de dar una aportación más puntual, un complemento, ya que ellas tienen su apartado”, subraya.

De cara al futuro, Ceit trabaja en un plan estratégico con tres vertientes: especialización, activos tecnológicos, y gestión del talento. “Creemos que el problema de captar perfiles especializados va a ir a peor en los próximos años. El problema no es solo atraer ese talento, sino retenerlo, porque hay mucha oferta en el mercado”, finaliza.

25/07/2022