Los combates continuaron ayer sin respiro en el sur y este de Ucrania, donde se volvió a sufrir de nuevo el castigo de los apagones debido al daño que causaron a su infraestructura energética los bombardeos masivos rusos. Por ello, las autoridades ucranianas racionaron el suministro de energía. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cifró en 4,5 millones las personas que se quedaron el pasado domingo sin luz en el país. “Entendemos que el Estado-terrorista concentra fuerzas y medios para una posible repetición de los ataque masivos contra nuestra infraestructura, en primer lugar energética (...). Nos preparamos para responder”, afirmó.
Por otro lado, Ucrania anunció la llegada al país sistemas de misiles antiaéreos NASAMS. “Estas armas reforzaran a nuestro Ejército y hará más seguro nuestro cielo”, dijo el ministro de Defensa Oleksiy Réznikov.
Evacuación de Jersón
Entretanto, la administración de la región de Jersón instalada por Rusia dio ayer por finalizada la evacuación de civiles desde la margen derecha del río Dniéper a la izquierda. Las autoridades prorrusas suspendieron el cruce del río por embarcaciones civiles en la zona de la ciudad homónima. La medida obedece no solo al término de la evacuación de la población civil, sino también al incremento de la amenaza a la seguridad de la población civil. El vicegobernador de la región de Jersón designado por Moscú, Kiril Stremoúsov, aseguró que no se han producido cambios en la línea del frente, aunque señaló que las tropas ucranianas acumulan fuerzas en dirección hacia la capital regional.
Aunque todos los ojos están puestos en Jersón, ya que una eventual retirada de las tropas rusas supondría una derrota incluso de mayor envergadura que repliegue desde la afueras de Kiev en primavera, los combates más encarnizados tienen lugar en el este del país.