Por su magnitud y la cantidad de dinero que hace falta invertir en ellas, la compra de aldeas y grandes fincas rústicas, hasta ahora se ha producido por parte de inversores privados extranjeros. En Galicia, Asturias o Castilla y León son más comunes los casos de núcleos que hace unos años estaban vacíos y ahora sus habitantes hablan inglés, alemán, neerlandés o ruso.
Desde un punto de vista legal, en la práctica, comprar un pueblo supone poseer todos los bienes privados que están a la venta. Edificios propiedad del Ayuntamiento o templos de la Iglesia no pueden ser adquiridos, salvo que en el pasado fuera desacralizados y vendidos, y por tanto se consideren un bien privado.
Según el portal Cuentas Claras, patrocinado por la entidad bancaria gallega Abanca, el coste de venta de pueblos abandonados en esa parte del Estado oscila "desde los 50.000 euros hasta 250.000 euros". Este coste difiere bastante de los precios a los que han salido a la venta las tres fincas navarras: 590.000, 1.600.000 y 3.000.000 de euros.
Los precios de los que habla Abanca (en sus tramos altos) pueden asemejarse al coste de una vivienda en una ciudad. Pero en estos casos, al tratarse de localidades mayoritariamente en ruina, existen otros costes asociados que hay que tener en cuenta, "como los impuestos o las reformas que haya que llevar a cabo. Por tanto, los costes de rehabilitación, según Abanca, pueden rondar los 500.000 y 600.000 euros" pues puede ocurrir que las viviendas carezcan "de las infraestructuras mínimas para ser habitadas: agua, gas, luz, teléfono, etc".
La creciente demanda ha provocado la especialización en sector inmobiliario dedicado a dar un servicio personalizado a cada cliente. Un ejemplo es la web aldeasabandonadas.com, donde afirman que el principal origen de estas propiedades son las herencias.
La inmobiliaria presta un "servicio completo, desde el principio hasta el final", que incluye otros trámites más allá de la mera compra: "documentación, legal, fiscal, urbanistica, etc". Un servicio "premium por encargo" para unas propiedades fuera de lo habitual.