Una película que incluye grandes batallas, bosques mágicos, criaturas fantásticas como la lamia, el basajaun, Sugar y Tartalo y fenómenos meteorológicos que van desde una tormenta de rayos hasta una espectacular granizada es un caramelo envenenado para quien debe diseñarla. El donostiarra Jon Serrano y el lasartearra David Heras han sido los encargados de convertir en realidad la “deslumbrante imaginación” del cineasta Paul Urkijo en Irati. “Una gran responsabilidad”, además, al beber de la imaginería de toda Euskal Herria y que les puede otorgar mañana en Sevilla su segundo Premio Goya a los mejores efectos especiales.
Hace cuatro años, Serrano y Heras recibieron el máximo galardón de la industria cinematográfica estatal por crear un gigante para Handia. Ahora, vuelven a ser los principales favoritos tras ya ganar en esta categoría en la última edición del Festival de Sitges por un trabajo lleno de retos y grandes dificultades. “Cuando ya llevas unas cuantas nominaciones lo vives de otra manera, pero es un año especial porque voy con una película especial y junto a Jon”, cuenta Heras, que vivirá mañana la que es su octava nominación.
“ Nos ponen de favoritos, pero vamos a ir siendo realistas de que puede pasar cualquier cosa ”
Jon Serrano - Nominado a mejores efectos especiales
Para su compañero, en cambio, será la cuarta, todas ellas acompañado por el lasartearra, afincado desde hace tiempo en Madrid. “La gente nos pone como los favoritos, pero vamos a ir siendo realistas de que puede pasar cualquier cosa. Va a ser bonito porque, además, compito contra mi compañero”, comenta Serrano en referencia a la nominación al argentino Mariano García, la otra mitad de la empresa donostiarra Drama FX, candidato por su trabajo en 13 exorcismos.
A pesar de lo humilde de su postura, ambos son conscientes del reto mayúsculo que ha supuesto el guion del cineasta alavés. “Paul es el mayor friki de la mitología vasca que he conocido nunca. Pero no solo eso, es perfeccionista hasta el extremo. Si algo que le propones no le encaja, te lo dice”, desvela Heras, quien fue el principal encargado de diseñar el amplio catálogo de criaturas que aparecen en la pantalla. “Eso tiene que ver con la planificación que siempre necesita Jon”, cuenta entre risas sobre un tándem que se dividió el trabajo entre los efectos necesarios para los monstruos –trabajo para Heras– y los necesarios para la ambientación –a cargo de Serrano–.
“La película ha sido un regalito, pero también una gran responsabilidad porque lo que tú generes puede llevar a que se quede para siempre como la imagen del monstruo”, señala Heras, que pone como ejemplo el diseño de su versión de la deidad Sugar. No obstante, lo que aparentemente puede parecer más complicado de realizar –“Crear a Sugar y al basajaun estuvo muy, muy guay”, exclama– no lo es tanto como sí retocar “esos pequeños detalles que a primera vista pasan desapercibidos” como los numerosos rostros escondidos en las rocas de la cueva de Mari: “Los monstruos tienen que estar en una historia como esta, pero todo lo demás no puede ser tan evidente como para que el espectador diga que eso es animación”.
Para su compañero, en cambio, el mayor reto estuvo en la batalla que da inicio al filme, en la que prácticamente todas las condiciones climatológicas posibles tienen cabida. “Paul me dijo que al principio iba a haber una tormenta con rayos y le dije que vale. Luego venía la lluvia, bien, pero cuando ya me vino con el granizo le tuve que decir que jamás había hecho algo así”, cuenta riendo el especialista, que solo para esa escena tuvo que utilizar 7.000 kilos de sal, tres grúas “que hubo que llevar al medio del monte”, y materiales que fuesen biodegradables al estar en un espacio natural.
Más de un año de planificación
Para preparar una película de tales características, los dos diseñadores de efectos empezaron a hablar con el director un año antes del rodaje. Heras va incluso más allá, a la grabación de Errementari, la anterior cinta de Urkijo, donde ya les habló del proyecto. “Tenía dudas, pero le animamos a hacerlo. Le dijimos que siguiera para adelante y que ya sacaríamos la forma de hacerla”, recuerda, al tiempo que señala que “ya era hora de que se tocase la mitología vasca en el cine”.
Para su compañero, Irati es también una demostración de que se pueden hacer buenos efectos especiales “desde aquí”. “Antes venían desde Europa porque había desconfianza. Ahora, es muy diferente y hay una variedad de trabajos muy amplia”, cuenta Serrano, para quien la película podría haber optado a algún premio más que las cinco nominaciones finales.
“ Voy varias nominaciones, pero es un año especial porque es una película especial ”
David Heras - Nominado a mejores efectos especiales
En ello quizás haya pasado factura que la película todavía no haya llegado a las salas. “Los académicos la han podido ver y seguro que lo han hecho, aunque también puede ocurrir que les haya gustado una película y entonces votan a esa en todas las categorías solo por eso”, observa el donostiarra. “Creo que es una película diferente a todo lo que se hace y eso se lo debemos íntegramente a Paul. Irati es Paul, es su esencia, y esperemos que conecte con mucha gente”, señala, por su parte, el lasartearra.
Con todos estos ingredientes, ambos esperan que la gala de mañana sirva como último impulso de cara al estreno del próximo día 24. “Creemos que es una película que va a gustar mucho en Euskadi. Ya se pudo ver en la Semana de Terror de Donostia. Ojalá se llenen las salas de cine con ella”, concluyen.