La revista National Geographic ha seleccionado los que considera "los once pueblos más bonitos del País Vasco". Entre ellos, destaca cuatro municipios vizcainos: Lekeitio, Mundaka, Bermeo y Balmaseda. Entre ellos, la conocida publicación ha seleccionado cuatro localidades alavesas y tres guipuzcoanas.
Lekeitio
Lekeitio es un pueblo situado en plena costa vasca, a una hora de Bilbao, con un bonito puerto pesquero y un importante patrimonio histórico y cultural. La naturaleza es otro de los grandes atractivos de Lekeitio, y es que espacios como los montes Otoio y Lumentza se fusionan con la isla de San Nicolás y los acantilados de Santa Catalina para ofrecernos un paraje único, de lujo.
Las calles y plazas del casco antiguo de Lekeitio guardan una impresionante lista de espacios para visitar y disfrutar. Auténticas joyas arquitectónicas, que, representadas por la Basílica de la Asunción de Santa María invitan a caminar entre las estrechas calles de este núcleo urbano.
Mundaka
Mundaka es un municipio situado en la desembocadura de la ría que lleva su nombre, es una anteiglesia perteneciente a la merindad de Busturia. Su origen es muy antiguo y desconocido, por lo que durante mucho tiempo se le han atribuido fundaciones basadas en fábulas y leyendas.
El pueblo estuvo dedicado fundamentalmente a la pesca y al comercio marítimo desde tiempos muy antiguos (fue sede importante de una cofradía de pescadores). Desde finales del siglo XIX y principios del XX la anteiglesia se modernizó y transformó, surgiendo una nueva fuente de ingresos, el turismo. Fue sobre todo a partir de los años 80, con el auge del surf en toda Euskal Herria; y principalmente en este municipio, gracias a su famosa ola izquierda considerada como una de las mejores del mundo.
Bermeo
Bermeo es un pueblo construido de cara al mar, bajo la atenta mirada de la Isla de Izaro. Tiene un puerto pesquero y unas casitas pintorescas que son la seña de identidad del pueblo. Y no es para menos. Bermeo se encuentra en un lugar privilegiado, en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en la costa vizcaina.
Su casco histórico se puede recorrer en una mañana o una tarde. Desde justo enfrente del puerto, donde se encuentra el antiguo espigón y la escultura de la ola, se obtiene una vista fabulosa a todas las casas coloridas que están en primera línea del puerto.
Balmaseda
Balmaseda fue la primera Villa de Bizkaia desde que D. Lope Sánchez de Mena, Señor de Bortedo, le otorgó sus fueros el 24 de enero de 1199. La concesión del Fuero de Logroño otorgaba a sus vecinos privilegios jurídicos, fiscales y comerciales, por lo que la Villa fue lugar de intercambio y participación en la actividad comercial de la zona. El testimonio más antiguo de aquella Balmaseda amurallada es, precisamente, el Puente Viejo que funcionó como aduana. Actualmente, la Villa de Balmaseda conserva su estructura medieval, con cuatro principales calles longitudinales paralelas al río que la hace singular y nos hablan de un lejano pasado.
Hay que dejarse perder por los cantones y plazas del Casco Antiguo, que te llevarán a conocer nuestros monumentos más importantes. Cada año durante la Semana Santa, bajo la organización de la Asociación Vía Crucis Viviente y con la colaboración de la Coral Kolitza, más de 650 personas recrean las últimas horas de Jesús de Nazaret. Vecinos y vecinas de Balmaseda, siendo actores y actrices no profesionales, cuentan con una pasión más allá de lo profesional. El casco histórico se convierte durante esos días en escenario de época, el pueblo se une por la tradición y los sentimientos se notan a flor de piel.
La Pasión Viviente de Balmaseda reúne a miles de personas