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Los dermatólogos alertan de los peligros del callo solar

“No existe el bronceado seguro”, advierten los expertos para quienes “cualquier coloración de la piel por el sol indica daño”
La piel tiene memoria con el sol y recuerda las quemaduras solares que se han ido acumulando a lo largo de los años. / HOSPITAL DE MANISES

“¡Qué buen color! ¿Dónde has estado de vacaciones?”. Una frase mítica en estas fechas que, sin embargo, esconde un gran error. “El bronceado extremo, el moreno forzado, es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo ante algo que le está agrediendo”, aclara Irati Allende, dermatóloga del Hospital Quirónsalud. La especialista explica que cada persona tiene un fototipo específico y “forzarlo a un cambio de color brusco es una respuesta del organismo para protegerse”.

Sin embargo, ahora con la mirada puesta en broncearse cuanto antes, una peligrosa moda viral incendia las redes y agrava aún más los problemas de ponerse moreno. Es el denominado callo solar que consiste en exponerse al sol sin protección de manera continua para que la piel desarrolle una supuesta tolerancia a la radiación ultravioleta. Una tendencia que supone jugar con fuego ya que aumenta el riesgo de cáncer de piel y el fotoenvejecimiento.

Así, los dermatólogos ven con temor cómo influencers y famosos lanzan, desde sus redes, fake news que niegan el impacto negativo que el sol ejerce sobre la piel. Avisan de que no se puede desarrollar tolerancia a la exposición al sol porque no existe un bronceado seguro o saludable. “La radiación ultravioleta (UV) es un carcinógeno humano comprobado. Un bronceado o una quemadura solar indica daño en el ADN de la piel, y no debe ser una excusa para evitar la protección”, subraya Allende.

"Es una barbaridad"

Allende avisa sobre la radiación ultravioleta y los riesgos del bronceado. E. PRESS

Por ello, la doctora pone el grito en el cielo y advierte sobre esta irresponsabilidad: “Es una auténtica barbaridad”, afirma. La razón es que el cáncer de piel melanoma surge predominantemente por dos factores: por las exposiciones muy agresivas en la infancia y por la acumulación de exposición solar a lo largo de nuestra vida. La especialista explica que el callo solar no es más que acumular mutaciones, dosis de sol que en un futuro van a dar problemas.

De hecho, la incidencia del cáncer de piel ha aumentado un 40% en los últimos cuatro años, con más de 78.000 nuevos casos diagnosticados anualmente en el Estado español. En la actualidad se distingue entre cáncer de piel melanoma y cáncer de piel no melanoma. “El melanoma es el tipo más conocido y grave, aunque afortunadamente es menos frecuente”, detalla. Se origina cuando un lunar degenera, y tiene la capacidad de extenderse a otras partes del cuerpo. “Con lesiones muy pequeñas podemos tener problemas muy serios como una diseminación metastásica”, advierte Allende.

La piel tiene memoria

El principal riesgo de padecer un melanoma, además de una predisposición genética por nuestro tipo de piel, surge por quemaduras solares que hemos ido sufriendo durante la infancia y durante nuestra vida. “La piel tiene memoria y es un acumulo continuado de daños solares. Aunque en los últimos años nos cuidemos, el daño solar previo no puede desaparecer, pero sí podemos esforzarnos en no seguir dañando nuestra piel,“ advierte la doctora.

Para evitar que desde la infancia se acumulen los problemas en nuestra epidermis, los expertos enfatizan que los bebés menores de seis meses no deben estar expuestos directamente al sol.

También recuerdan que la protección solar debe reaplicarse cada dos o tres horas durante exposiciones continuas al sol. Sin embargo, este tiempo varía según la actividad que se desarrolle. “Si estamos debajo de una sombrilla o tenemos ropa, no es lo mismo que un niño jugando con la arena y que se está bañando. En este caso, habría que reaplicar la crema más frecuentemente”.

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23/07/2024