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Los destellos de Januzaj no son suficientes en la ciudad del glamur

Europa League
Januzaj pisa el balón, tratándolo de proteger, ante el acoso de Caio Henrique. Foto: Efe
Januzaj pisa el balón, tratándolo de proteger, ante el acoso de Caio Henrique. Foto: Efe

Dentro de un partido mediocre por parte de la Real, el centrocampista belga fue el único que intentó dar luz al juego del equipo blanquiazul

Si ha habido un protagonista en la aventura europea protagonizada por la Real en Mónaco, ese no ha sido otro que Adnan Januzaj. Lo fue en la previa, con el anuncio que hizo, y también durante buena parte del partido de ayer. Fue el único que puso algo de luz en la oscuridad que caracterizó al juego realizado por el conjunto de Imanol Alguacil. Fue el que más lo intentó, sobre todo en los primeros 45 minutos, pero se encontró demasiado solo, y se fue diluyendo, contagiado por la inoperancia de los que estaban a su lado. El resto de hombres importantes no tuvieron su día. David Silva, como sucediera en el Camp Nou, fue sustituido al descanso. Mikel Merino, tocado, tampoco ofreció su mejor versión, al igual que el capitán Mikel Oyarzabal, que regresó al equipo titular una vez superada la lesión. Los destellos de calidad del solitario Januzaj no fueron suficientes.

El belga protagonizó la previa del partido anunciando su intención de renovar un contrato que llega a su fin el próximo 30 de junio. Hasta la fecha no se había pronunciado al respecto y eligió la rueda de prensa previa al partido ante el Mónaco para compartir su deseo con la ansiosa hinchada realzale. Jokin Aperribay ya dio una pista en su última comparecencia ante los medios, pero la confirmación llegó el miércoles en la sala de prensa del Luis II. "Me quiero quedar. Me siento como en casa", confesó el belga para felicidad de la inmensa mayoría de la parroquia txuri-urdin. Quizá espoleado por el subidón de esa afirmación, Januzaj saltó al terreno de juego con las ideas muy claras, encarando no solo a su par Caio Henrique, aunque no se lo puso sencillo el buen lateral brasileño del Mónaco, sino a cualquier rival que saliera a su paso. Su primera aparición seria fue en el minuto 9 y acabó con su cuerpo en el suelo, como en muchas de las acciones que protagonizó. Él mismo puso en juego el balón intentando sorprender a Nübel, pero éste no tuvo problemas para blocar el balón.

Su siguiente intervención llegó casi a la media hora, disfrutando de su mejor oportunidad de gol en el tiempo que estuvo sobre el verde. Aihen Muñoz le puso un buen balón interior, pero Januzaj se llenó del mismo. Golpeó con todo el alma y la pelota se fue a las nubes ante la desesperación del propio futbolista. Solo un minuto después llegó el tanto de Volland. La Real quedó noqueada, pero se levantó de la mejor manera posible gracias al tanto de Isak, pero la jugada tuvo a Januzaj como su ideólogo. La intervención del belga, para quitarse el sombrero. La calidad se le cae por todos lados. La manera en la que protegió el balón le hizo posible dejar a Sidibé por el camino sin problema ninguno con un toque sutil con su bota izquierda. Después, conducción elegante para, con la derecha, ponerle un caramelo a Isak, que no lo desaprovechó. La ejecución del sueco, también para enmarcar. Parecía que la Real se metía de lleno en el partido gracias a un chispazo de genialidad de Januzaj, pero nada más lejos de la realidad. Dicen que la alegría dura poco en la casa del pobre. Pues eso. Seis minutos Fofana puso el 2-1.

A pesar de que la superioridad monegasca era más que evidente, el internacional belga de la Real seguía a lo suyo. En una ciudad como Mónaco, llena de glamour, los únicos destellos de calidad los seguía poniendo el mago de la Real, como en esa pisada y pase con la espuela que protagonizó en el minuto 42. Solo un minuto después, un tanto picado por la acumulación de faltas recibidas, se tomó la venganza por su cuenta, entrando a destiempo a Fofana, lo que le supuso una amarilla.

Las apariciones de Januzaj en el partido fueron siendo cada vez menores con el paso de los minutos. Su último servicio a la causa llegó con un pase interior a Mikel Oyarzabal, pero el capitán, con la derecha, no llegó al envío de su compañero. Era el minuto 67. Ocho más tarde, Imanol decidió sustituirle. Hasta ahí llegó la aportación de un futbolista que también desde la grada de un campo rival escuchó el grito de la afición realista: Janu quédate, Janu quédate. Parece que está cerca. Eso sí, habrá que seguir esperando, como para ver a la Real en la siguiente ronda.

2021-11-27T07:07:03+01:00
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