Athletic

Los diez mágicos momentos del Athletic que han definido este año para enmarcar

2024 acaba con el regusto de una trayectoria impecable más allá del regreso de la Copa a Bilbao tras 40 años de espera
La final de Copa ganada el 6 de abril en Sevilla, el mejor momento del Athletic en este gran año 2024. / PANKRA NIETO
La final de Copa ganada el 6 de abril en Sevilla, el mejor momento del Athletic en este gran año 2024. / PANKRA NIETO

Se están viviendo las últimas horas de un año 2024 que ha resultado sencillamente extraordinario para el Athletic. Han sido doce grandes meses, que ONDA VASCA ha vuelto a vivir en el día a día con todo lujo de detalles. Se arranca la última hoja del calendario con un regusto muy dulce, encontrando el instante más sobresaliente, como no cabe ser de otro modo, aquel 6 de abril a 850 kilómetros de casa. Los que la Copa hizo hacia Bilbao pocas horas después de tumbar al Mallorca en aquella agónica final.

La Copa regresaba a Bilbao cuatro décadas después. 40 años, con sus meses y semanas. Con sus días y sus noches. Todas esas en las que soñaban con vivirlo mayores y pequeños. Estos incluso ponían en duda verlo a lo largo de sus vidas. Pero la vigesimoquinta ya es de los leones, que, La Cartuja al margen, han firmado doce meses de matrícula de honor.

Vaya por delante que aquí van a quedar reflejados diez momentos, parte de los más significativos, del año, y que probablemente podrían aparecer unos cuantos más, porque hay mucho que destacar. Y también conste que todo es susceptible de mejora, pero teniendo en cuenta la máxima dificultad que cada vez le hace ser más exigido para celebrar un éxito, pero los números son excelsos. De enero a este diciembre, ahí quedan: 51 partidos oficiales jugados con 30 triunfos -entre ellos, claro que sí, hay que incluir las tablas coperas que acabaron con final feliz, ante Barcelona y Mallorca- , 13 empates y 8 derrotas.

Solamente ocho derrotas en 51 partidos. Impresionante. 81 goles marcados -más los cuatro penaltis sevillanos- por 40 encajados. Pero los éxitos no acaban ahí. La irrupción y consolidación de jugadores como Unai Gómez, Mikel Jauregizar o Beñat Prados que han aunado desparpajo, calidad y entrega para hacerse un hueco en este grupo ganador, ocupando el hueco dejado por leyendas como Raúl García y el capitán Iker Muniain, acompañando así a figuras que componen su columna vertebral, los Unai Simón, Dani Vivian, Oihan Sancet y los hermanos Williams. Iñaki voló miles de kilómetros haciendo noche por los aires para arrimar el hombro hacia la semifinal copera, y Nico optó por no moverse después de un verano de muchas habladurías una vez consumado su título europeo con la selección de Luis de la Fuente.

La implicación es máxima e incondicional. Todos son culpables de un ejercicio mayúsculo llevados en volandas por una afición que la ha gozado en las buenas y ha hecho de tripas corazón e las malas. Que, como ya ha quedado constatado, no han sido muchas. Más bien se refieren estas a tiempos pasados en los que la travesía del desierto ha resultado cuasi infinita. Y al frente de la nave, su líder, Ernesto Valverde. El míster demuestra su apego a estos colores y a esta forma de vivir. No la cambia por nada del mundo un Ilustre de Bilbao como él. Aunque su estancia en el banquillo de San Mamés no va a ser eterna su temporada a temporada a la hora de renovar haga pensar a más de un athleticzale que su adiós tarde o temprano acabará por llegar.

1- Óptimo comienzo

El año arrancó con muy buenas perspectivas. Cuatro victorias encadenadas sobre Sevilla y Real Sociedad y las eliminaciones de Eibar y Deportivo Alavés en el torneo del 'ko' insuflaban la ilusión por repetir otra final en Sevilla. Se estaba ya en cuartos de final y había tocado el Barça en ellos. La buena racha tocó a su fin en Valencia antes de recibir a los de Xavi.

2- Lamine Yamal queda fuera del combate copero

Iñaki Williams se encontraba en plena disputa de la Copa África y Ghana no hizo un buen campeonato, lo que propició un regreso en vuelo chárter para estar presente sobre el verde en la visita de los blaugranas a La Catedral. La noche del 24 de enero salió para recordarla de por vida. Se perdía 1-2 al descanso. Nada más reanudarse el duelo, Oihan Sancet equilibraba una eliminatoria que iba a una prórroga que llevó el éxtasis a la grada después de que el cuadro culé fallara ante Julen Agirrezabala. El mayor de los hermanos rubricó el tercero y su hermano el cuarto en el suspiro final. El Athletic ya estaba en semifinales.

3- Ganar por fin en el Metropolitano y en el mejor momento

El feudo colchonero había venido siendo esquivo para los intereses zurigorris hasta otro gran día que aguardaba a entrar en su historia. El doble capítulo previo a la final registró un 0-1 que se fraguaba merced a una gran primera parte, en la que Álex Berenguer batía a Oblak desde el punto de penalti, como si un presagio fuera de lo que dos meses después iba a suceder a orillas del Guadalquivir. La segunda mitad fue un constante asedio de la tropa de Simeone, que se topó con un muro infranqueable, Julen Agirrezabala.

4- Vuelta en San Mamés y pase a la final

Existía cierto recelo sobre el choque definitivo en la capital vizcaína. Mucho se habló de que el Atlético había sido superior en la ida y que iba a demostrarlo de nuevo en la revancha lejos de su estadio y con goles. Que la remontada era posible. Nada más lejos de la realidad. Apenas llegó a inquietar y el concluyente 3-0 fue solamente para regocijo de la parroquia local, que ya empezaba a degustar el billete a otra final del torneo fetiche por excelencia.

5- Clímax en Sevilla

Y llegó el gran día con más de 70.000 aficionados en la capital de Andalucía. El sábado 6 de abril estaba predestinado para que el título fuera levantado por un Athletic que alejaba de una vez por todas el mal fario que durante tanto tiempo le había venido persiguiendo. El favoritismo ante el Mallorca de Javier Aguirre no es que ayudara, y menos el comienzo del choque. El gol de Dani Rodríguez sembró el pánico, más cuando no se le llegó a coger el punto a tan importante cita durante todo el primer acto. Intrigante 0-1 al descanso tras ver un equipo desnortado. Muchos se olían que a la tercera en La Cartuja tampoco iba a ser tras lo vivido en plena pandemia ante Real Sociedad y Barcelona.

Pero no. Hubo tiempo suficiente para enmendar la plana. Quedaba todo el segundo período, luego la prórroga, y de postre, los triunfales penaltis. Un memorable lapso en el tiempo que vio emerger a protagonistas que sellaron el título...Nico y su pase de oro para que Oihan empatara, Julen con su paradón ante el cabezazo de Muriqin que envenenadamente se colaba, Raúl y Muni con sus penaltis acertados, y Berenguer, con el suyo que provocaba el clímax en toda la familia rojiblanca. El Athletic volvía ser campeón y engrandecía su grandiosa historia. Ya no era Dani el último capitán de había levantado la Copa.

6- 11 de abril: la Gabarra

Las aguas de la Ría estaban ansiosas de que la célebre Gabarra, tantos años dejada en una esquina a la espera de algo que parecía imposible repetir, volviera a surcarlas. En 1984 se cifró en un millón de personas las que inundaron ambas márgenes para contemplar un evento de tal magnitud que tanto se había hecho de rogar. Teniendo en cuenta que ya los astilleros del pasado siglo han dado paso a zonas de esparcimiento por todos conocidas en el trayecto que va desde el Marítimo de Las Arenas hasta el Ayuntamiento de la Villa, resulta fácil imaginar que ese cálculo estimado en aquella ocasión, cuando la logística era más bien escasa y nada tuvo que ver con la actualidad, se quedó bien corto durante la tarde del jueves 11, en la que todos disfrutaron de algo que gran parte de la población nunca había vivido en propias carnes. Tan solo en rancias imágenes televisivas y libros que refrescan la memoria de la centenaria trayectoria del club de Ibaigane.

7- Simón y su Trofeo Zamora

En plena borrachera por lo conseguido, los resultados no estuvieron a la altura en el tramo final de la campaña liguera con los empates en casa ante Osasuna o un Granada que iba derecho a la Segunda División, y la derrota, esta menos trascendente, ante los colchoneros en su estadio. O la padecida en Vigo. Parecía dejarse llevar, pero aún hubo resquicio para acabar ratificando un brillante quinto puesto, y también para lograr un hito en la carrera deportiva de Unai Simón. Nada más ni menos que lo que únicamente había logrado José Ángel Iribar 54 años atrás. Ser el mejor de la Liga bajo palos.

Con su participación en el último episodio en Vallecas, el meta alavés consiguió adjudicarse el Trofeo Zamora tras una apasionante pelea con su colega del Barça, Marc André Ter Stegen. Fue el preludio de un verano magnífico, con la consecución de la Eurocopa alemana. Demostró ser el mejor portero del mundo, aunque otros quisieron mirar hacia otro lado y conceder tal galardón al Dibu Martínez. Todo ello antes de operarse la muñeca que le incomodaba desde hacía varios meses. Esto y las inesperadas fracturas de Julen hicieron que Álex Padilla tuviera que salir a la palestra en un momento peliagudo, resolviendo inmejorablemente semejante responsabilidad ante tan precipitado estreno en el primer equipo.

8- Otra vez en Europa

Seis temporadas, seis. Un mundo es el que ha tenido que transcurrir para que el Athletic se haya vuelto a dejar ver por las competiciones europeas. El jueves 26 de septiembre se respiraba de nuevo el aroma de esos partidos ante los mejores del continente. Y para abrir boca en esta remozada UEFA Europa League, un club referencia, histórico y campeón, y un escenario emblemático: la Roma y su Estadio Olímpico. El empate a uno quedó eclipsado por la intolerable actitud de unos cafres que lanzaron bengalas a la afición romanista.

9- Europa en San Mamés

Ese 1-1 ha sido el peor marcador que se ha cosechado en las seis jornadas de una competición que este año cuenta con la celebración de su final en San Mamés. No puede existir mayor incentivo, y a la vista está que se está manos a la obra, con cinco triunfos encadenados.

Marzo de 2018 era el último referente de un encuentro europeo en San Mamés, y aquella eliminación frente al Olympique de Marsella. El AZ neerlandés, otro habitual en los campeonatos internacionales, era el siguiente visitante y, a la espera de cuanto suceda ante el Viktoria Plzen checo y los octavos de final, que ya están asegurados, todo son buenas noticias sin salir de casa, también ganando y no encajando goles ante el Slavia de Praga y el Elfsborg sueco. Tiene buena pinta.

Y 10- La derrota en Girona

Pero tiene buena pinta no solo por los réditos que este colectivo está obteniendo. También porque ha sido capaz de dar un paso al frente, mostrando una identidad propia, reconocible. Plenamente fiable y ya hasta capaz de remontar partidos que se ponen cuesta arriba, como el de Bulgaria y el último en Pamplona. Son catorce los partidos que consecutivamente no se han perdido, con apenas cuatro empates, como el de Valladolid, en el que Gorka Guruzeta dejó constancia a última hora de que este vestuario cree hasta el esfuerzo final. Una racha que comenzó tras aquella aciaga tarde de 6 de octubre en Montilivi, cuando hasta tres veces se fallaba desde el punto de penalti para acabar perdiendo por 2-1. El mal fario fue el comienzo de una gran amistad con los buenos resultados en Liga y Europa a la espera de la Copa del Rey y la Supercopa.

Nos hallamos en el parón navideño, y si el sábado se sale airoso en Logroño iniciando la defensa del título copero, serán ya tres los meses sin perder. Racha que algún día se truncará, todo el mundo es consciente de ello, pero las expectativas están por todo lo alto. Con dos fechas entre ceja y ceja: el 26 de abril, de nuevo en La Cartuja, y el 21 de mayo, con toda una final europea que espera sin moverse del hogar. 2024 ha sido para enmarcar, y 2025 se abre con máximas ilusiones en rojo y blanco. Un 2025 en el que José Manuel Monje volverá a contar en ONDA VASCA todas las andanzas de nuestro Athletic.

2024-12-31T12:46:51+01:00
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