Llega el calor y con él aparecen recurrentes excusas para no hacer deporte. Sin embargo, es importante seguir ejercitando el cuerpo pese al aumento de temperaturas y para hacerlo de la forma más llevadera posible es fundamental adaptar la rutina deportiva para protegernos del calor. Para ello, lo principal es tener en cuenta que se debe entrenar con una intensidad menor y, si queremos seguir manteniendo el mismo entusiasmo, lo ideal es incluir otros escenarios que mantengan una temperatura muscular moderada.
Ejercitar nuestro cuerpo en el agua nos permite quemar más calorías que si los hiciéramos fuera de ella, ya que implica la activación de mucha más musculatura para vencer la resistencia del agua. Así, a nivel calórico, 15 minutos de trote dentro del agua equivaldrían a 40 fuera de ella. Asimismo, el agua reduce el estrés en articulaciones, huesos y músculos, lo que permite entrenar con una menor percepción de esfuerzo articular, aliviando el estrés mecánico.
Conscientes de todos los beneficios que tiene el deporte acuático, los expertos en fitness de Club Metropolitan, nos proponen los mejores ejercicios para tonificar el cuerpo este verano, sin pausa, pero sin prisa. ¡Toma nota!
Aqua Pilates: Combina los beneficios de la técnica de Pilates con el medio acuático. Es una actividad que se realiza sin material añadido. Las clases tienen una duración de 30 minutos, con una intensidad media-baja. Como es una actividad sin impacto, no hay estrés articular. Es una actividad que puede ayudarnos a relajarnos y aliviar problemas de ansiedad o estrés.
Aqua yoga: Consiste en literalmente, practicar yoga dentro del agua. Combina los beneficios del Agua y Yoga, alivia la ansiedad y el estrés, mejora los patrones de sueño, aumenta la energía corporal y la amplitud de movimiento, disminuye la frecuencia cardiaca, mejora la respiración y aumenta la función cardiovascular, además de beneficiar la corrección postural.
Andar o correr en el agua: El trabajo atlético en el medio acuático es un excelente método de recuperación de lesiones y facilita la actividad física a personas que presentan patologías o problemas en articulaciones como tobillos, rodillas o caderas. Además, las propiedades viscosas del agua nos permiten ajustar el nivel de resistencia que buscamos. Así, a mayor velocidad de nuestros movimientos, mayor será la resistencia.
Abdominales: A nivel postural, el CORE está trabaja en cualquier actividad que realicemos en el agua, sobre todo al nadar, por la potencia que debemos imprimir al realizar tanto en movimiento de pies como de las extremidades superiores. Pero si queremos ejercitar de manera específica la musculatura del abdomen, es posible hacerlo aprovechando el bordillo de la piscina para anclar las piernas y realizar crunch abdominales.
Zancadas: Podríamos utilizar las zancadas como unos ejercicios de pre-fatiga de cuádriceps. Realizando las zancas fuera del agua para posteriormente, saltar al agua para nadar uno volumen determinado de metros con aletas.
Nadar: Un clásico apto para todos los públicos. Hay gente que disfruta más nadando en la piscina y otra en el mar. Ambas alternativas son válidas. Sin embargo, nadar en el mar es más liviano debido a que la concentración de sal hace que el agua sea más densa y tengamos mayor flotabilidad. Al nadar trabajamos la mayor parte de grupos musculares y ejercitamos el sistema cardiopulmonar, además de fortalecer la musculatura y mejorar nuestra postura corporal.
Cuando entrenamos durante el verano es importante comprender el impacto que tiene el calor sobre nuestro organismo para organizar mejor nuestros entrenamientos. Durante la actividad física se eleva la temperatura corporal y el organismo la regula a través de la sudoración. Pero si a esta subida de temperatura derivada del esfuerzo, le añadimos la temperatura ambiental en época estival, podemos sobrecargar el mecanismo de regulación, de manera que no sea capaz de mantener el cuerpo a una temperatura deseable y acabe por provocarnos un golpe de calor.
Para prevenir situaciones de este tipo, debemos evitar exponer nuestro cuerpo a temperaturas extremas y no realizar actividad física espacios que alcancen más de 30ºC. La situación ideal sería practicar deporte entre los 20º y los 24º.