Si sufres problemas en la vista y no te acostumbras a llevar gafas, utilizar lentillas se presenta como una buena solución. Miopía, astigmatismo o hipermetropía son algunas de las afecciones que se pueden corregir con las lentes de contacto.
Sin embargo, no siempre las utilizamos bien y hay una serie de errores que cometemos al ponernos las lentillas y que pueden tener graves consecuencias para nuestra salud visual. Infecciones, irritación, sequedad, fatiga ocular o queratitis son algunas de ellas y es importante prevenirlas con un correcto uso y un buen mantenimiento. Entre los errores más habituales están:
1- No lavarte bien las manos. Antes de manipular las lentillas, lávate las manos con agua y jabón y sécalas con una toalla que no deje pelusas para evitar el paso de suciedad o de bacterias a los ojos.
2- Ponértelas al revés. Las lentillas blandas pueden darse la vuelta y reconocerás su posición correcta por su forma ovalada (si están al revés parecen más un plato).
3- Reutilizar el líquido. Renueva el líquido limpiador siempre que vayas a guardar las lentillas, ya que si está usado, además de no desinfectar, será un foco de virus, bacterias y suciedad que puede dañar tus ojos.
4- Usarlas demasiado tiempo. Los expertos recomiendan no llevarlas puestas más de 12 horas al día para evitar sequedad ocular e infecciones.5- Llevar las uñas largas. Con las uñas podemos dañar las lentillas o el ojo, por lo que es importante mantenerlas cortas.
6- No enjuagar bien las lentillas. Después de limpiar las lentillas con la solución limpiadora y antes de ponértelas, enjuágalas con el líquido para evitar irritaciones.
7- Usar lentillas caducadas. Las lentes tienen unos poros para que el ojo transpire y pasado un tiempo se van cerrando, por lo que usar lentillas caducadas puede causar irritación, sequedad en los ojos, úlceras, infecciones u otras consecuencias graves.
8- Maquillarte antes de ponértelas. Si te maquillas antes de colocarte las lentillas, al ponértelas se pueden contaminar con el rímel, el delineador, la sombra o el corrector. Maquíllate siempre con ellas ya puestas.
9- Ducharte o nadar con ellas. El cloro del agua de las piscinas o los posibles microorganismos del agua de la ducha pueden entrar al ojo y dañar la lente.
10- Guardarlas en agua o saliva. Estas pueden contener cientos de bacterias y como no son aptas para conservar las lentillas es probable que no puedas volver a ponértelas porque se te quedarán pegadas en la córnea.
11- Frotarte los ojos. Si te frotas los ojos con un agente contaminante dentro de la lente, puedes sufrir una úlcera o una herida grave.
12- No cambiar el estuche. Con el paso de los días, el portalentillas se convierte en un foco de bacterias y gérmenes por lo que debes cambiarlo al menos cinco veces al año.
13- Dormir con las lentillas puestas. Al dormir, la córnea recibe menos oxígeno y está menos hidratada por lo que, si duermes con lentillas, al despertar tendrás mucho picor y las lentes pegadas al ojo.
14- Ponértelas recién levantado. No te pongas las lentillas nada más levantarte de la cama y deja que tus ojos se adapten poco a poco a la luz. Tampoco te las pongas si has dormido poco; es mejor darles a tus ojos un descanso.
De cualquier forma, si al ponerte las lentillas las sientes incómodas, retíralas de inmediato y a la menor duda consulta con un profesional para evitar cualquier cosa que pueda perjudicar tu salud visual.