Los errores condenan a Aritz Erkiaga y Jon Zabala

Dos caras y una sola moneda. Aritz Erkiaga y Jon Zabala, campeones en juego del Eusko Label Winter Series, se jugaban este lunes todo a una carta. Ganar o ganar. La derrota en la primera jornada del torneo ante Xabier Barandika y Unai Lekerika les arrebató las bolas extra. En el otro extremo, Jean Olharan y Thibault Basque, bailando con la moral por las nubes. Situados en las semifinales por sus contundentes triunfos ante Urrutia-Aimar y los representantes forales, lo único que les quedaba por conocer era su posición en el Grupo y contra quién se cruzaban en la siguiente fase. Además, en caso de ganar, eliminaban a unos de los favoritos y daban el pase a Barandika-Lekerika. Una moneda al aire. 

Pues bien, en un partido muy largo, peloteado y tenso, a vida o muerte, de infarto, con emoción a raudales, el delantero de Pau y el zaguero de Bidarte se llevaron el gato al agua en el joko de desempate, en el que casi hace falta un desfibrilador para atender a un público entregado. El Jai Alai de Gernika se volvió a llenar. No cabía ni un alfiler. 2.000 gargantas bramando en pos del espectáculo.

Olharan obró la tormenta perfecta en el último tanto, al que se llegó tras un dos paredes bestial de Aritz Erkiaga, el más espectacular del cuarteto. El de Pau trazó un derechazo al rebote que no pudo tener respuesta. Es reseñable que los errores de los vizcainos en el último parcial les pasaron factura, pues los de Iparralde apenas lograron un cartón propio, el de Jean, el que puso la puntilla. Serán primeros del Grupo A, solo cabe definir el puesto de Goikoetxea-Etcheto y Beaskoetxea-López en el otro bando. Los primeros acabarán líderes si ganan el lunes a Tambo-Minvielle.

Tuvo serios problemas Zabala para encontrar estabilidad. Estuvo errático, penado en buena medida por las dudas generadas cerca de la pared por una gotera en la zona del diez y medio. El markinarra tuvo una caída en los últimos compases del primer set y desde entonces sufrió la epidemia de la desconfianza. También Erkiaga cometió yerros poco habituales en su habitual desempeño.