El precio del petróleo está disparado desde hace semanas. El aumento de la demanda global deja el barril Brent en máximos de los últimos siete años. La subida es todavía más notable en la gasolina y en el gasóleo, por los que no pagábamos tanto desde hace casi una década. Y lo peor de todo es que no se espera una bajada de los precios de los combustibles a corto plazo.
El barril de Brent supera ya los 95 dólares. Es un 1,15 % más que el pasado viernes y 20 euros más que hace un año. Pero la repercusión de esta subida es aún mayor en el coste de la gasolina y del gasóleo, a los que hay que sumar los costes de distribución y, sobre todo, los impuestos. Así que aunque hace siete años el barril de Brent estaba aún más caro que en la actualidad, esta alza no se trasladó en las misma medida a la gasolina y al gasóleo, cuyos precios están en máximos históricos.
De esta forma, en un año la gasolina ha subido un 32%, y un 35 % el gasóleo . Llenar un depósito medio cuesta 86 euros si es de gasolina, 79 euros si hablamos de gasóleo.
Lo peor es que los expertos vaticinan que los precios del combustible continuarán al alza. Creen que el barril de Brent podría llegar incluso a superar los 120 dólares si Rusia invade Ucrania, ya que en tal caso se reduciría la capacidad de producción, Y La unión Europea y Estados unidos ya han amenazado a Moscú con importantes sanciones económicas.
Una subida del precio del combustible que provoca en gran medida también el alza de la inflación ya disparada, y que afectaría en especial al sector industrial y podría suponer unos 10 mil millones de euros anuales a la economía del estado.