La Guardia Civil y los médicos forenses han advertido este lunes al jurado de que el marido de Romina Celeste Núñez incurrió en diversas incoherencias sobre la manera en la que se deshizo del cuerpo después de matarla, ya que su relato "es contrario a las leyes de la naturaleza".
Durante la segunda jornada del juicio que se celebra en la Audiencia de Las Palmas contra Raúl Díaz Chacón, tanto el sargento de la Guardia Civil que dirigió las investigaciones como los forenses han apuntado que la única evidencia científica que tienen de lo ocurrido es que las declaraciones del acusado sobre cómo desmembró el cuerpo no son ciertas.
Ya en la primera sesión del juicio Díaz Chacón admitió por primera vez en cuatro años que mató a Romina en la madrugada de Año Nuevo de 2019, y que luego hizo desaparecer su cuerpo, desdiciéndose así de su primera versión: que se encontró muerta a su esposa al regresar a casa de madrugada y que quemó y arrojó el cadáver al mar porque temía que lo culparan, ya que Romina lo había denunciado antes por violencia machista.
De este modo, los forenses, a preguntas de las partes, han apuntado que la barbacoa que el acusado ha dicho haber utilizado para quemar el cuerpo no puede superar los 350 grados, lo que impide, por ejemplo, que hubiese podido desaparecer cualquier tipo de materia ósea como el cráneo o la dentadura.
"Él dice que el cráneo no está y que lleva a cabo todo solo con las manos y las planchas de la barbacoa, y asegura que puede partir y separar todo, huesos y órganos, con sus manos. Pero eso no puede ocurrir como él dice, tuvieron que ocurrir otras cosas o utilizar otros mecanismos", ha incidido el forense.
También ha explicado al Jurado que cuando un cuerpo se carboniza, los órganos internos permanecen indemnes, lo que impide que simplemente con sus manos pudiese haber metido los restos de la víctima en bolsas de basura.
"Con esas temperaturas es imposible que los huesos hubiesen perdido resistencia a la fractura. Ha tenido que utilizar herramientas mecánicas para vencer la resistencia de los huesos", ha asegurado el médico forense.
Asimismo ha subrayado que para acceder al pulmón, el único resto de Romina encontrado, "se necesita una intervención intensa con herramientas para abrir la caja torácica, por lo que es probable que hubiese un desmembramiento previo al fuego, así que falta a la verdad".
La Guardia Civil también encontró incongruencias en los diferentes relatos del acusado, especialmente en lo referido a las horas de inicio del fuego de la barbacoa, por ejemplo, que difieren de su relato inicial.
Simuló que Romina seguía viva
Los miembros del Instituto Armado han relatado asimismo que Díaz Chacón, con el ánimo de mantener abierta la hipótesis de la huida de Romina, llegó a hacer un pedido de ropa desde el teléfono móvil de ella, para simular que seguía viva.
El sargento instructor del caso también ha recordado que se encontraron rastros de sangre en la junta de la ducha, en el dormitorio y en un edredón, si bien ha apuntado que no se trataba de grandes cantidades.
También se recabó una uña de Romina con restos de piel del acusado, así como una lentilla y una pestaña postiza tiradas por la casa, lo que, a juicio de la Guardia Civil, indica que pudo haber una pelea física previa a la muerte, ya que días después se constató, gracias a la declaración de una persona que había estado con Díaz Chacón cuatro días después del homicidio, que tenía heridas y arañazos en sus brazos.
Tras finalizar el juicio, la madre de Romina Celeste, Miriam Rodríguez, ha señalado en declaraciones a los medios que hoy había sido el día "más triste" de toda su vida al tener que escuchar y saber "más cosas" sobre la muerte de su hija.
"Siempre tachan a mi hija de cosas, pero nadie tenía el derecho de tocarla. Siento una rabia y una desesperación inmensa y solo quiero que diga dónde está enterrada. 15, 20 o 30 años no me traen a mi hija de vuelta, así que la pena que le impongan no importa", ha lamentado.
El juicio se reanudará este martes a las 9:30 con las conclusiones definitivas de las partes.