Junto al convenio del sector del metal, los grandes frutos de la negociación colectiva en los últimos años tienen nombre propio: la estiba y las residencias. Son tres actividades que han alcanzado acuerdos en un contexto complejo, el de la constante subida del Índice de Precios de Consumo (IPC) y han cerrado la grieta de varios cursos de conflictividad.
Los tres, al igual que otros de menor incidencia en cuanto al número de trabajadores y al impacto mediático, han tenido la misma base: diferir el repunte de los precios a largo plazo y establecer cláusulas que compensen la inflación en el caso de que supere el nivel esperado. Aunque todavía hay focos de conflictividad, la paz social ha ganado terreno y restado tensiones en el día a día de las empresas.