Los hijos del hombre que asesinó en marzo de 2021 a su exmujer en Torrejón de Ardoz cuando se encontraba trabajando en un bloque de pisos han cuestionado en el juicio la agravante de género que plantea la Fiscalía de Madrid al manifestar que su madre maltrataba a su padre y que vivían a diario un calvario de discusiones en los que su progenitora siempre tenía que llevar la razón.
Julián P. se sienta en el banquillo de los acusados por un delito de asesinato con alevosía, hechos por los que el fiscal y las acusaciones solicitan 25 años de cárcel. Su abogada plantea que se le aplique en la sentencia que se dicte una eximente completa por trastorno depresivo y de forma subsidiaria una incompleta con atenuante de arrebato.
Las acusaciones consideran que en el asesinato concurre una agravante de parentesco y otra de género, que supone un aumento significativo de la futura pena a imponer a raíz de la Ley del 'solo sí es sí'.
Dice que le hacía la vida imposible
El acusado, que declarará el próximo 14 de diciembre, mantiene que su exmujer le infringía malos tratos y que le hacía la vida imposible desde que se divorciaron. Según su versión, la mañana del 2 de marzo de 2021 acudió a ver a su expareja con la intención de tratar un problema que tenían con su hijo menor y no a matarla.
El fiscal atribuye el asesinato a un acto de "dominación" y "desprecio" hacia la víctima por el mero hecho de ser mujer, "ya que nunca aceptó la ruptura de la relación ni que la mujer pudiese mantener nuevas relaciones sentimentales".
Frente a ello, los hijos del matrimonio sostienen que su madre maltrataba a su padre y que le trataba mal a diario, negando que su madre estuviera empezando una relación con otro hombre. Aseguran que no guardan rencor a su padre y uno de ellos afirma que le sigue queriendo igual que antes de lo ocurrido aquella mañana. Tras concluir la sesión, se les ha permitido dar un abrazo a su progenitor.
En su declaración, el hijo mayor ha relatado que el día de los hechos mantuvo varias conversaciones con su padre, antes y después del crimen. A los pocos minutos del asesinato, el acusado le llamó y le comentó: "Lo he hecho, he matado a tu madre, cuida de tu hermano".
Tras ello, el joven condujo a la Policía hacía el punto concreto donde se encontraba el agresor, que les esperaba en una calle próxima a una comisaría. "Mi padre se iba a entregar pero quería darme un abrazo porque sabía que iba a ir a la cárcel", ha manifestado.
"A mi madre le daba igual todo"
El chico ha relatado supuestos episodios de malos tratos de su madre a su padre y a él, hechos que asegura que nunca denunció por miedo a que la situación fuera a peor. De hecho, ha contado que fue él quien animó a su padre a divorciarse con su madre, negando que el procesado acosara a la mujer y quisiera volver con ella.
"Mi padre tenía depresión y se medicaba. A mi madre le daba igual todo. Mi padre estaba hundido porque le infravaloraba", ha señalado el hijo, indicando que impidió varios intentos de suicidio de su padre en las vías del tren. Además, ha negado que le dijera a su padre que matara a su madre, tal y como manifestó ayer la abuela materna. "Jamás, eso es mentira. Es una injusticia", ha aseverado.
Con un relato similar, el otro hijo de la pareja ha contado que su madre solía encerrar a su hermano sin justificación en el cuarto de baño y en los momentos de discusiones con su padre a él le mandaba al cuarto para que no escuchara los gritos.
"La situación en casa era horrible", ha manifestado el chico al tribunal, afirmando que sigue queriendo igual a su padre tras lo ocurrido. "Es mi padre y nadie me lo va a quitar", ha recalcado.
Frente a este relato, la sobrina de la fallecida relató que su tío solía acosar a la víctima e iba a molestarla a su antiguo trabajo en un garaje. "Le decía que qué guapa se estaba poniendo tras el divorcio", señaló en su declaración.
Agentes de la Policía Nacional que comparecieron ayer indicaron que el acusado compró apenas media hora antes del crimen un cuchillo de sierra, una paleta de obra, un cúter y unos guantes de cristalero, objetos que se encontraron al lado del cadáver de la víctima y que apuntan a que habría planificado el asesinato.