El Deportivo Alavés, tras su regreso a la categoría de plata, ha vuelto a vivir numerosos reencuentros con futbolistas que, en su día, lucieron con orgullo la zamarra albiazul por los estadios de fútbol del territorio estatal. Alberto Belsué, el lateral derecho que durante la segunda mitad de la temporada 1998-99 se sumó como un efectivo de lujo para mantener la categoría en Primera, regresará a Mendizorroza como el delegado del Zaragoza. Un cargo que, precisamente, le ha permitido seguir en su hábitat natural desde una posición más organizativa.
Belsué, que debutó como delegado del Zaragoza durante la temporada 2015-16, recuerda que en Segunda cada enfrentamiento es una auténtica lucha de poder a poder: “Llevo siete temporadas y recuerdo que al inicio todavía quería jugar el partido por la tensión. Es una función en la que tienes que estar más templado, calmar a tu banquillo porque no estás como un aficionado, aunque la tensión competitiva la sigues teniendo porque la Segunda División cada partido es una final y una batalla porque hay muchísimo en juego”.
En este sentido, aquel lateral que brindó solidez al entramado defensivo de Mané, incide en que son muchos los aspirantes a ocupar la zona noble pero que la principal ventaja la tienen los recién descendidos. “Tardará tiempo en romperse esa clasificación y no puedes mirar si visitas al primero o al último, la igualdad es máxima para todos los equipos pero solo hay dos premios gordos para los equipos que aspiramos a ello”, indica Belsué, quien añade que bajo su punto de vista “parten con ventaja los equipos que descienden con ese plus económico”, aunque “lo tienen que hacer bien porque luego hay dificultades en la economía y el límite salarial”.
El Zaragoza, una de las instituciones más laureadas del fútbol español por su envidiable palmarés, acumula diez temporadas en la categoría de plata. Una división de la máxima competencia y en la que la precipitación puede causar estragos. “Cuando llevas diez temporadas seguidas en Segunda algo indica la dificultad económica y de todos los estamentos para dar el salto, hay mucha competencia. Yo siempre digo que no por ciudad o historia puedes salir de ahí, es muy complicado. Somos un equipo con una afición muy fiel e impetuosa pero eso lleva a la precipitación y querer ganar los partidos antes de la cuenta. Hay que estar peleando y aquí estamos en esa dinámica, pero no basta con la ilusión”, matiza Belsué, un hombre que traslada serenidad y un gran conocimiento sobre la actual competición en la que milita el Glorioso por regresar a la élite.
Respecto a su análisis particular de lo que puede deparar el enfrentamiento entre el cuadro babazorro y el aragonés, Belsué considera que los gasteiztarras tratarán de ser protagonista con el esférico. “En teoría espero un Alavés queriendo ser dominante en el partido. Nosotros tendremos que ser muy fuertes y contundentes en ambas áreas. El partido se decidirá en ese escenario de un control de juego del Alavés y nosotros queriendo contener todo lo que nos generen. Habrá igualdad por mucho que el conjunto albiazul sea un recién descendido”, recalca el actual delegado del Zaragoza, quien guarda un recuerdo muy emotivo de su paso por Vitoria.
Y es que Belsué, que militó durante media campaña en el Deportivo Alavés dirigido por Mané, fue una pieza clave que proporcionó veteranía a una escuadra que logró la permanencia en su regreso a Primera durante la temporada 1998-99. “Fue una etapa espectacular. Venía de seis meses malos en Zaragoza donde siendo capitán no se me dio la oportunidad de jugar y con 30 años vi que era una opción bonita con un equipo que luchaba por mantener la categoría”, rememora el exjugador del Alavés.
Belsué destaca la calidad humana del vestuario babazorro, un grupo que era prácticamente una familia y que le acogió con los brazos abiertos. “Recuerdo que el vestuario era muy amigable, de mucha amistad con Julio Salinas, Vitamina Sánchez y gente de la casa como Karmona, jugadores muy arraigados en el club. Aquella permanencia fue como un título para mí, lo viví con mucha ilusión”, asegura con orgullo.
En este sentido, el actual miembro del staff técnico del Zaragoza añade que la continuidad como jugador del Alavés “estuvo en mente”, pero que “se firmó a Contra, un lateral espectacular mucho más joven que yo”. “El club reunía todo, era familiar y la ciudad era muy cómoda para vivir. Estoy encantado de haber pertenecido al Alavés”, argumenta Belsué, que en las próximas horas volverá a pisar el césped de Mendizorroza.
Finalmente, el exjugador del Glorioso recalca que en Segunda la esencia para lograr el objetivo es la unión del equipo y, obviamente, los mimbres de la plantilla: “La clave en el fútbol actual es ser una piña dentro del vestuario y que toda la plantilla esté capacitada para jugar. Que todos vayan a una pero que, además, el equipo esté unido a una calidad de los propios jugadores”.