Álava ha vivido este verano jornadas continuas de temperaturas máximas extremas, por encima de lo habitual para esta época del año, aunque las predicciones meteorológicas apunten hacia una tregua sin las constantes olas de calor que este verano asolan la provincia y que ya han causado varios focos de incendios. De hecho, el fuego ya ha arrasado 303 hectáreas de terreno, muchas de ellas sembradas de cultivos que han dejado sin cosecha y sin ingresos a los agricultores. A ellas hay que sumar la superficie quemada y sin cuantificar en otros pequeños fuegos en la mayoría de monte bajo.
No llueve, la tierra carece de humedad suficiente y la sequía mantiene en alerta a bomberos y agricultores de Álava, pendientes de que en cualquier momento el fuego surja y se propague con facilidad por cualquier localidad.
El último susto se vivió el viernes en la Llanada, consecuencia de las chispas que saltaron al paso del tren por la vía. Efectivos de los parques de Campezo, Nanclares, Agurain, Vitoria y Alsasua trabajaron duro para sofocar las llamas surgidas por tarde cerca de Agurain, en las inmediaciones de Gazeo, declaradas en varios incendios a lo largo de la vía del ferrocarril entre Gasteiz y Araia. Ayudados por aviones de la base de Agoncillo, finalmente, los bomberos apagaron las llamas, que arrasaron al menos trece hectáreas de terreno entre los municipios de Iruraiz-Gauna y Dulantzi.
Los incendios afectaron tanto a suelo forestal como a fincas de cereal y se suspendió la circulación ferroviaria entre Dulantzi y Agurain por un fuego próximo a las vías del tren, lo que afectó a los servicios Vitoria/Donostia/Pamplona. Además, se cerró al tráfico la A-1 en ambos sentidos durante una hora.
POR LA ZONA DE ZAMBRANA
Sólo cinco días antes, la alerta roja se encendió en la zona de Zambrana, que arrasó 190 hectáreas, la mayoría de monte bajo (170 hectáreas), el resto de cereal ya cosechado (20), según la valoración de la Diputación. Y no fueron más gracias a la poca lluvia caída la noche del lunes, día 8.
No obstante, un retén de una treintena de personas se quedó todo el día para vigilar si el viento reavivaba las llamas; se retiraron líneas de tendido eléctrico caídas; repasaron las pistas e hicieron caminos para poder entrar y salir a las zonas de difícil acceso.
La sequedad del terreno, las altas temperaturas y el viento son el escenario ideal para que se propaguen fuegos como éste de Santa Cruz del Fierro y Ocio.
EN MENDOZA Y GARAIO
En julio, la peor parte se la llevaron en Mendoza y Garaio. En total, entre 95 y cien hectáreas de terreno quemadas: 65 en Garaio y 30 en Mendoza. En la zona del pantano, además, los bañistas fueron evacuados en medio del caos. El fuero de Mendoza se originó en una cosechadora en una finca muy cercana al pueblo. Allí, la rapidez de los agricultores al hacer un buen cortafuegos impidió que se extendiera a Trespuentes y a la sierra de Badaia. El segundo incendio, el de Maturana, fue más importante y complicado de sofocar; quemó fincas de cereal pegadas a la entrada del parque y monte bajo.
Foco de incendios fueron también en julio, coincidiendo con la cosecha del cereal, tierras de Hueto Arriba, Argandoña-Villafranca, Mendiola, Villaluenga y las localidades treviñesas de Baroja y Argote. También Kripan y Yécora, en Rioja Alavesa.
En Argandoña, al parecer por una enfardadora de paja, con varias columnas de humo negro que asustaron a conductores y vecinos. El fuego quemó un tractor y obligó a cerrar un tramo de la carretera A-132 desde Andollu hasta el pueblo de Argandoña.
En Villaluenga (Ribera Alta), las llamas llegaron hasta una de las viviendas, la más periférica de la urbanización del pueblo. Consecuencia de este fuego, la cooperativa del municipio acordó no recoger cereal de dos del mediodía a seis de la tarde para evitar cosechar el trigo y la cebada durante las horas centrales del día con temperaturas más elevadas extremas.
A raíz de estos fuegos y de la situación de alerta continuada, el Gobierno Vasco decidió prohibir el uso de maquinaria agrícola en caso de temperaturas altas extremas, así como todo tipo de barbacoas y fuegos bajo amenaza de cuantiosas multas: de 1.500 a 30.000 euros en caso de incumplimiento grave y hasta 600.000 euros si la infracción se considera muy grave.
Por el momento, agosto no va mucho mejor que junio y julio, ya que la mayoría de los días el termómetro no baja de los 30 grados; un peligro al que se suma el hecho de que apenas ha llovido, la tierra cada vez está más seca y prende con facilidad.