Una persona joven (menor de 30 años) en Navarra debe destinar como media el 69,9 % de su sueldo para el pago de un alquiler de vivienda si quiere estar independizado, una situación ligeramente mejor pero lejos de lo viable que la media española, donde los jóvenes deben dedicar el 85,10 % de su salario anual para acceder a un alquiler.
Son datos del último semestre de 2022 que recoge el Observatorio de Emancipación, elaborado por el Consejo de la Juventud de Navarra (CJN) y por el de España (CJE), cuyos responsables han presentado en rueda de prensa una situación que, en conjunto para vivienda y empleo principalmente, parece apuntar a una mejoría con períodos inmediatamente anteriores, pero no respecto a la situación de antes de la pandemia, por lo que han reclamado seguir trabajando.
Así, el presidente del CJN, Pablo Lanaspa, ha recalcado que "la recuperación de la emancipación residencial se inició a comienzos del 2022 pero con cifras más bajas que antes de la pandemia. Así, a mitad de 2022 el 16,6 % de la población entre 16 y 29 años vivía de manera independiente".
También ha advertido de que se ha observado entre la población joven un aumento de cuatro puntos en la tasa AROPE (tasa de riesgo de pobreza o exclusión social) con respecto a 2020 (18,7 %) y que esta situación es aún más cruda en el caso de las mujeres, con una tasa del 20,6 %.
Lanaspa ha aludido por otra parte a la "alta tasa de sobrecualificación" entre los jóvenes que trabajan en Navarra, a su juicio "reflejo de la necesidad de replantear la oferta educativa, porque debemos ser capaces de adaptar la formación universitaria y las FP superiores a las necesidades productivas" y "no dejar a las empresas, a la patronal en definitiva, que decida cuáles son los grados que interesan".
Por su parte, el vocal de vivienda del Consejo de la Juventud de Navarra, Josu Igoa, ha mencionado que la Foral fue una de las pocas comunidades del Estado en la que la tasa de paro juvenil (19,1 %) aumentó en comparación con finales de 2021.
Además, el Observatorio de Emancipación muestra cómo uno de los elementos que mas dificultan el proceso de compra de vivienda es la dificultad de reunir los requisitos exigidos por las entidades bancarias, lo que atribuyen a la alta tasa de temporalidad (el 53,6 % de los contratos a jóvenes fueron temporales).
La parcialidad de los contratos, han indicado, resultó mucho más habitual entre el colectivo femenino, con unas tasas de parcialidad del 35,2 %.
A su vez, Igoa ha apuntado que más de un tercio de la población joven no contaba con ningún ingreso y que, entre los que lo cobraban, el salario medio era de 12.765,12 euros netos anuales, cantidad algo menor en las mujeres.
A la presentación ha asistido la presidenta del Consejo de la Juventud de España, Andrea Henry, quien ha señalado que en el conjunto del Estado sólo el 15,9 % de los menores de 30 años están emancipados (entendida la emancipación como la residencia fuera del hogar paterno con medios propios), con los 29,7 años como edad media a la que se emancipan.
Así, mientras que en Navarra una persona joven debe destinar el 69,9 % de su sueldo para el pago del alquiler y casi la mitad de sus ingresos para pagar la cuota hipotecaria (47,7 %), en España el alquiler suma el 85,10 % del sueldo de los jóvenes y el alquiler de una habitación en un piso compartido supone el 26,8 % el salario (30,8 % en Navarra), cuando la recomendación del Banco de España es de un 30 %.
Con un salario medio anual de 12.640 euros, una persona joven "no puede ni plantearse comprar" una vivienda, ya que debería destinar a acceder a una hipoteca 3,9 veces su salario anual.
Así, y pese a que la reforma laboral ha supuesto un descenso de la temporalidad laboral de los jóvenes, "seguimos precarizadas de otras formas. Hay casi un 300 % más de contratos fijos discontinuos, pero sigue siendo una figura laboral bastante precaria para las personas jóvenes", ha lamentado.
Otro de los problemas es que el 30 % de las personas jóvenes "están sobrecualificadas" para el puesto de trabajo que ocupan, ha dicho una Henry que ha lamentado datos sin contrastar como el que apunta a una generación de "ninis" (no estudian ni trabajan). "La realidad es que esta es una generación 'sisi' porque el 30 % de las personas jóvenes estudian y trabajan a la vez, y solo un 3 % ni estudia ni trabaja", ha advertido.
Con todo ello, Henry ha abogado por seguir trabajando y ha reivindicado para los jóvenes "el derecho a una vivienda digna, que se retome la Ley de Vivienda paralizada en el Congreso, el estatuto del becario, y priorizar a la juventud en la agenda pública. No somos el futuro sino el presente", ha zanjado.