La sociedad de Euskadi más concienciada que el resto del Estado con la existencia del cambio climático y solo un 6,4% son negacionistas, cerca de 3 puntos menos que la media nacional, donde hay un 9,3% de personas que lo niegan. Así, destaca cómo los mayores de 65 años en Euskadi son, por edad, los más preocupados: frente a la media nacional que identifican que los conflictos armados, el terrorismo y nuevas amenazas a la sociedad es el problema más alarmante (25,5%), los vascos jubilados identifican el cambio climático como primera cuestión (28,9%) y, además, atribuyen a la huella humana la existencia y agravamiento del cambio climático con mayor acentuación (74%) que los españoles en edad de jubilación en España (68,9%). Fijándonos únicamente en la comunidad autónoma, son los mayores de 65 los que más consideran que sus acciones son suficientes para contribuir en la lucha contra el cambio climático, los que más tienen en cuenta los factores ambientales en sus decisiones de consumo y los más dispuestos a reducir su bienestar a favor del planeta.
En términos más generales, en Euskadi destaca que el reconocimiento de que existe el cambio climático supera el 80% entre hombres y mujeres y solo supera el 10% de negación entre los que tienen entre 45 y 64 años y las personas de ingresos medios altos. Así, son los vascos con estudios universitarios los que más creen en la existencia del cambio climático (91,8%) y se aproxima al 90% entre aquellos que viven en poblaciones de 20 a 100.000 habitantes. Así concluye el primer estudio de la Fundación AXA de percepción ciudadana sobre el cambio climático en el Estado, elaborado en colaboración con Sigma Dos.
Pero en Euskadi este reconocimiento va más allá y consideran que el cambio climático es la cuestión más preocupante a la que se enfrenta la humanidad (26,7%, frente al 24,8% nacional) y supera a la alarma por los conflictos armados, terrorismo y posibles nuevas amenazas a la seguridad (20,2%), aspecto en el que se ve una preocupación ligeramente inferior frente al 20,4% nacional. Como tercera cuestión más preocupante, y en línea con la media nacional, identifican los riesgos en los recursos naturales y en la biodiversidad.
Además, el 82,7% de los vascos opina que el calentamiento global se ha agravado mucho o bastante en los últimos dos años y, atendiendo al máximo nivel de consideración de este agravamiento, las mujeres (33,8%) y Baby Boomers (33,6%) son los que mayor preocupación muestran. Entre las causas, el 74% de los residentes en Euskadi cree que se debe en mayor medida a la acción humana que a causas naturales, medio punto porcentual más que la media del Estado.
Mikel González Vara, Jefe de Subárea de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Bilbao, ha destacado que “el pasado 31 de octubre de 2019 el Ayuntamiento de Bilbao aprobó por unanimidad la ‘Declaración de Emergencia Climática’. Sin embargo, nuestro compromiso nace muchos años antes con proyectos europeos de cambio climático como RAMSES o RESIN, y nuestra sensibilidad no ha parado de crecer. En la actualidad, nuestras actuaciones están dirigidas a las dos principales amenazas, las inundaciones y las olas de calor. Así, nuestra última iniciativa puesta en marcha es la creación de una red de 130 Refugios Climáticos, 64 interiores y 66 exteriores, para que la población bilbaína pueda atemperar los efectos de las olas de calor”.
Desde la perspectiva de cultura climática, en términos generales, los vascos tienen un conocimiento medio alto sobre cambio climático. El 58,9% de los vascos creen tener un conocimiento de nivel medio, frente al 56% del conjunto, y solo un 17,4% califica su nivel de conocimiento como alto o muy alto, frente al 25,2% de la población española. Por generación, los Millennials (nacidos 1981 y 1993) son los que en mayor proporción afirman tener un nivel “muy alto”, seguidos de los más jóvenes de la Generación Z (1994-2010), que un 24,1% afirma tener un nivel alto. Este nivel de conocimiento muy alto y alto es casi siete puntos superior entre los hombres (21%) que las mujeres (14,1%). Además, la cultura climática aumenta a mayor nivel de estudios y a mayor nivel de ingresos.
Si profundizamos en las cuestiones que los vascos creen que están impactando más en el cambio climático, la actividad industrial (52,4%) es el aspecto que más incide en el cambio climático frente a la media de los españoles que cree que es la deforestación (55,9%). Los vascos identifican la deforestación (52,1%) como segundo aspecto con mayor impacto negativo y, en tercer lugar, el uso de combustibles fósiles para el transporte (40,4%), mientras que en la media del Estado el tercer puesto lo ocupa el uso de combustibles fósiles para el transporte.
Josep Alfonso, director general de Fundación AXA, ha destacado que “en AXA trabajamos por el desarrollo de la sociedad protegiendo lo que importa. Y el clima y la protección inclusiva son los dos ejes transversales en nuestra labor como inversor, aseguradora, empresa ejemplar y actor social. Es en este cuarto rol como actor social en el que se enmarca la Fundación y el propósito de este estudio, que analiza el conocimiento sobre el cambio climático, los comportamientos, propósitos y compromisos. Además, esperamos que nos apoye en la concienciación y sensibilización sobre el clima, poniéndonos frente al espejo de las responsabilidades individuales en la lucha contra el reto ambiental.”
Ante la crisis energética global, poco más de la mitad de los vascos (51%), cree que está ralentizando la descarbonización y la lucha contra el cambio climático, 5,5 puntos menos que el 56,5% de la población nacional. Esta opinión es compartida mayoritariamente por los hombres vascos (55,5%) frente a las mujeres (47,1%) y entre los mayores de 65 (53,9%). En términos de edad, sin embargo, son los de 30 a 44 años los que menos creen que la crisis energética esté afectando “mucho” a la descarbonización.
El aumento de fenómenos meteorológicos extremos y el derretimiento de los polos, principales preocupaciones de los vascos
Las consecuencias del cambio climático son cada vez más palpables por los ciudadanos. El pasado 2022, por ejemplo, la Agencia Vasca de Meteorología (Euskalmet), calificó el 2022 como el más cálido de las series históricas, con un valor de temperatura media que alcanzó los 1,8 grados por encima del promedio normal. En Bizkaia se realizaron 6.429 intervenciones por incendios, un 13% más que el año anterior y la mayor cifra de la última década, y hubo 368 incendios forestales, un 66% más que en 2021 con el mayor (falta algo) registrado en Bizkaia en tres décadas.
Esta realidad reciente se refleja en el estudio, ya que el 81,7% de los vascos creen que el cambio climático tendrá un gran impacto en el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, ligeramente inferior al 83,1% del conjunto nacional; seguido del derretimiento de los polos y su consecuente aumento del nivel del mar (80,2%), similar al 81,4% de los españoles y, en tercer lugar, el incremento de incendios (79,9% de los vascos vs. 70% nacional).
Estos datos cobran especial relevancia y están alineados con la realidad que vivieron los vascos en el 2022, en el que según Euskalmet y debido a los episodios de meteorología adversa, fundamentalmente altas temperaturas e incendios, el Gobierno vasco activó 235 avisos amarillos, 28 alertas naranjas y 5 rojas. Así, frente al auge de fenómenos meteorológicos extremos como consecuencia del cambio climático, el 55,4% de los vascos saben cómo proteger su hogar y dispone de seguro, en línea con el 55,8% nacional, frente al 15,2% que aun sabiendo cómo hacerlo no tiene seguro por razones económicas u otros motivos; y el 29,4% que no sabe cómo protegerlo (20,7% nacional). Este desconocimiento sobre cómo proteger el hogar o la falta de recursos se acentúan a menor edad y, por sexo, las mujeres vascas están ligeramente por encima en la protección del hogar.
Sobre la incidencia del cambio climático en la vida personal, el 75,2% de los vascos se muestra muy o bastante preocupado por el impacto que pueda tener en la salud, el 68,6% en la alimentación y el 62,8% en el empeoramiento de la situación económica y laboral. En el caso de las mujeres residentes en Euskadi, su preocupación por el impacto en la salud es cerca de 9 puntos superior que en los hombres, y su segunda mayor inquietud es la familia, frente al hombre, cuya segunda preocupación es la alimentación. Por edad, es a la Generación X (1969-1980) la más alarmada por la salud.
En este marco de preocupación en todos los segmentos, las enfermedades respiratorias (74%), las relacionadas con olas de calor (71,1%) y las lesiones y mortalidad por eventos climáticos extremos son los aspectos que más preocupan a los vascos. Por edad, destaca que a los residentes menores de 45 años en Euskadi las enfermedades transmitidas por los alimentos o el agua es lo que más les preocupa.
Begoña Etxebarria, Directora general de Fundación Novia salcedo, ha resaltado “la importancia del cambio climático como un desafío global, pero también como una oportunidad para el desarrollo de nuevos conocimientos y empleos, especialmente para los jóvenes. En la actualidad, los jóvenes se están formando y educando en nuevas especialidades formativas y adoptando hábitos de consumo más sostenibles, lo que está demostrando una voluntad genuina de utilizar su conocimiento para convertirse en agentes de cambio y contribuir a la construcción de un futuro más sostenible”.
Los vascos apoyarían la implementación de medidas a favor del medio ambiente, pero no se muestran muy dispuestos a modificar sus hábitos
Ante el amplio reconocimiento de la sociedad vasca de que existe el cambio climático y preocupación por sus consecuencias, el 84% considera muy o bastante urgente llevar a cabo medidas contra el cambio climático, similar opinión que, a nivel nacional, acentuándose esta urgencia ligeramente en las mujeres y, sobre todo, entre los de 18 a 29 años (50% lo ven “muy urgente”) frente al 41,2% de la media de los jóvenes españoles.
En general, los vascos apoyan la implementación de medidas para luchar contra el cambio climático y el 85,5% está muy o bastante de acuerdo en hacer un mayor aprovechamiento del agua, seguido del 83,3% que apoya el incremento en investigación y desarrollo de tecnología y, en tercer lugar, el 82,1% respalda la reforestación. En el otro extremo, la medida con menor respaldo sería el aumento de los impuestos a las emisiones de CO₂ de los distintos sectores (solo un 28,2% la aceptaría “mucho” y un 32,5% “bastante”).
Pero más allá de las medidas, el 63% de los vascos esperan que la Unión Europa tenga un papel muy activo en la lucha contra el cambio climático, seguido de organismos internacionales (62,5%) y el Gobierno español (57,8%). Sin embargo, el nivel de implicación percibido por todos los agentes es bajo. De hecho, son los vascos los que menos implicación ven en estas instituciones gubernamentales de todos los españoles, y tan solo el 6,8% de ellos cree que la Unión Europea está involucrándose “mucho”, bajando al 6% y al 5,6%, respectivamente, la implicación de organismos internacionales y del Gobierno central.
Por el contrario, es en la sociedad civil donde los vascos ven mayor nivel de acción (8,2%) cuando preguntados por el papel que debería tener consideraban que esta era el agente que menos papel “muy activo” debe tener. Además, el 58,4% cree que la empresa privada está poco o nada implicada en esta lucha.
Así, el grado en que los vascos consideran que sus acciones son suficientes para combatir la lucha contra el cambio climático se sitúa en un 6 en una escala del 0 al 10, dos centésimas menos que la media nacional. Pero, ¿qué medidas toman realmente los vascos en su vida cotidiana? Evitar el desperdicio de comida es la acción que en mayor medida (mucho o bastante) realizan el 85,5%, la reutilización y reciclaje de productos sería la segunda (78,5%) y el uso del transporte público, bicicletas o patinetes en su movilidad cotidiana la tercera (69,4%). El uso de energías renovables está en el otro extremo, por un discreto 6,7% de los vascos.
Las conclusiones del estudio reflejan que la sociedad civil de Euskadi cree que debe haber un reajuste de hábitos en beneficio del medio ambiente. El 58,5% cree que es muy o bastante necesario reducir el confort de las personas, muy poco superior al 58,3% nacional, y se eleva ligeramente entre las mujeres y tiende a aumentar con la edad hasta llegar al 72,1% de los mayores de 65 años dispuestos a reducir su bienestar.
Sin embargo, la realidad es que no se muestran muy dispuestos a cambiar sus hábitos y solo cerca del 50% cambiaría sus rutinas de reciclaje, seguido del 30,5% que cambiaría “mucho” su comportamiento en moda y el 24,2% en energía. Además, es en turismo donde los vascos estarían menos dispuestos a cambiar (14,6%). Pero es importante ver que el 32,5% reconoce que el precio de los productos afecta mucho a que lleven a cabo conductas más sostenibles (39% nacional) y al 45,4% le afecta bastante (39,2% nacional) siendo los de 45 a 64 años a los que más les frena el coste económico.