Tras la firma del último acuerdo en torno a las pensiones y el anuncio del ministro Escrivá sobre los 'baby boomers', en Onda Vasca hemos charlado con tres pensionistas. Dos de ellos, Ana y Juanen jubilados del sector público e Inmaculada, viuda, pensionista y aún trabajadora en activo. Sus realidades son muy distintas pero comparten el mismo diagnóstico. Ven con temor los profundos cambios que se avecinan sobre todo para las nuevas generaciones y creen que los logros como vincular la pensión al IPC se debe a las movilizaciones de los pensionistas.
Con esta reforma "están desviando la atención", defiende Ana que considera que la sostenibilidad de las pensiones no está garantizada. "Lo están cambiando en la terminología únicamente. Los coeficientes de reducción van a llevar a una jubilación a los 68 años", denuncia.
Juanen centra sus críticas en los planes privados de pensiones. "Lo que hace que esté gravemente comprometido el sistema público de pensiones de la Seguridad Social es el impacto que va a tener o ya tiene el hecho de que Escrivá abandere la privatización de la Seguridad Social. Tanto es así que quieren extender el modelo EPSV de Euskadi", destaca.
En el caso de Inmaculada, la realidad es muy distinta a la de Ana y Juanen que reconocen tener una buena pensión. Ella es viuda, tiene 59 años y cobra poco más de 700 euros por lo que mantiene su trabajo en la limpieza. "Me considero una persona afortunada porque vivo con un alquiler en un piso de Alokabide pero es que no me queda más remedio que conformarme. Me gustaría cobrar 1.080 y no tener que trabajar pero es lo que hay", lamenta.